Lo Que Pudo Ser

Celeste

Celeste:

No tengo palabras para decirte mas que gracias.

Gracias por todas la veces que me hiciste favores sin siquiera preguntar.

Gracias por las veces que peleábamos enseñándome alguna cosa nueva.

Gracias por regañarme cuando me las mandaba.

Gracias por responder por mi delante de los papás.

Gracias por esas charlas infinitas.

Gracias por la compañía en silencio

Gracias por los abrazos.

Gracias por el llanto.

Gracias por ser mi hermana.

Te dejé una tarea difícil, te obligué a hacer algo que no querías y sé que fue muy doloroso, pero aun así lo hiciste, solo espero que ese amor nunca se acabe, que cuando la veas me veas a mi, llena de sueños y de anhelos que no pude cumplir, que la cuides y la llenes de amor, que la acompañes en esta vida como no pude hacerlo, sé que eres una buena persona porque conmigo lo fuiste, mas que mi hermana fuiste mi amiga, mi confidente y la persona en la que mas confiaba, espero puedas ser feliz y me perdones, intenté estar a tu altura pero jamás lo pude hacer, solo espero que los mejores recuerdos te queden, las veces que reimos y llegábamos a llorar, olvida ese día, no quiero que me recuerdes por eso, sino como esa chica que quería ser abogada, que soñaba con viajar y casarse, quédate con la chica de catorce años llena de ilusiones.

Te amo con toda mi alma, nunca lo olvides ni lo dudes, Camila.

*****

Saltando del susto doy vuelta unos bifes que estoy haciendo, mi mamá se fue de viaje donde su hermana y mi papá no dejó que nos lleve, primero porque todos vamos a la escuela y no se va dos días, se va dos semanas como mínimo, nos llama todos los días por video llamada y que le mostremos la tarea, porque mi mamá es loca con los estudios, no es que nos obliga o nos presiona que si, nos presiona, pero siempre nos dice que el saber nos va a ser libre y nadie nos va a controlar, no entiendo bien que es eso pero me gusta estudiar, y en segundo lugar no nos deja porque no compartimos con la familia de mi mamá.

—Mmmm, que rico olor amor. —mi papá viene sin remera y el pantalón mojado, Flor con bata donde la fue a bañar y me da risa.

—¿La bañaste o era una guerra?.

—Se hacia la sirenita y me mojó todo.

—Pescado... Pescado, este hombre.

—Bueno niña, perdón. —los mira a Exe y Seba que están con la tarea—. Ven que te peino amor.

—Si, la crema para peinar porque me tiras mucho del pelo papá.

—Ya aprendí, solo que tienes el pelo muy fino amor.

—Mmmm, cierra las piernas Florencia. —me rio con ganas porque Seba se tapa la nariz haciendo cara de asco y la otra abre mas las piernas—. ¡Que asco!.

—Tu estas podrido nene, el olor que debes sentir es el tuyo asqueroso.

—No, si viene de ahi.

—¿Camila?.

—No sé, fue al baño y no volvió.

—Va. —pico mas ajos metiéndole a la sarten, estoy con dos sartenes repletas, una olla con fideos, una con papas, y ya tengo la ensalada lista.

—Ay... Hay sangre aca.

—¿Dónde?. —mi papá va rápido donde Exe que corrió la silla—. Camila estaba aca... —sale de la cocina casi corriendo y yo atrás—. CAMILAAAA.

—Papá sshhhh. —lo agarro del brazo frenándolo del brazo—. Cálmate, voy yo.

—Se lastimó Celeste.

—Nooo, le vino el periodo. —queda quieto como que jamás pensó en eso—. Fíjate en la comida, voy a ir a verla.

—Si, emmm... —estira el brazo hacia arriba poniéndose pálido—. Fíjate.

—Si, ve a ver la comida que no se queme. —subo corriendo yendo a su habitación, entro despacio—. ¿Camila se puede?.

—Ahi voy.

—Vine a ayudarte. —la veo en su baño donde esta desnuda en la parte de abajo y con cara de pánico—. Te vino.

—Si, mamá me explicó y tengo toallas aca, pero no me dijo como se usan.

—Bueno, yo te ayudo. —la ayudo como mi mamá me ayudó cuando me vino, la veo muy calmada a comparación de cuando me vino, lloré un montón, y eso que mi mamá me dijo que me iba a venir y nos estuvimos preparando—. Listo, bajemos a comer y le tienes que avisar a mamá.

—Avísale tú, me da vergüenza, igual que a papá.

—Bueno, yo les digo, cualquier duda me dices y yo te explico.

—Si. —bajamos juntas y va avergonzada.

—Si te duele mucho la panza tengo uno té, que mamá me compra y me ayuda con el dolor, porque viste que a mamá no le gustan las pastillas.

—¿Antes de dormir me das uno?.

—¿Tienes dolor?.

—Un poco.

—Dale, te hago uno. —llegamos a la cocina donde todos se giran a verla y yo les hago caras.

—¿Estas bien hija?.

—Si, muy bien.

—A Cami le vino el periodo y va a estar unos días adolorida y cansada, asi que no la molesten.

—¿Cómo te sientes amor?. —mi papá la abraza dándole besos en la cara—. Ya le dije a la tia que venga.

—¡Ay papaaaaa!.

—Si hija, tu sabes pero la tia tiene mas experiencia en esto. —enojada voy a la heladera sacando las gaseosas que le rogué a mi papá que compre porque mi mamá no nos deja tomar gaseosa—. Hija...

—Yo puedo y tú no confías en mi.

—Si confío, pero no puedes compararte con tu tia Celeste. —sin decir nada me siento a comer, todos me miran y hablan entre ellos, porque cuando me preguntan algo respondo con, no sé.

—Buenas... Uuhh llegué justo.

—Hola tiaaaaa.

—Hola mi Florecita. —Flor fue corriendo a abrazarla—. Te estaba extrañando.

—Después me voy contigo a tu casa.

—Obvio que si, ¿a dónde te vas a ir sino?.

—Pasa tia, siéntate. —me paro dándole un beso y busco las cosas par que coma con nosotros.

—Como se nota que no esta Julia.

—¿Por?.

—Por la gaseosa, se muere cuando se entere. —le ofrezco mi silla donde estaba al lado de mi papá y me siento lo mas lejos con la mirada de mi papá en mi—. ¿Cómo va el colegio?.

—Re bien.

—Ahora cuando terminemos de comer me muestran sus tareas.

Lavo los platos rapidito y vemos una película antes de ir a dormir mientras comemos helado, y sigo enojada, porque yo podía explicarle todo a Camila sin que mi tia venga, ya tengo dieciocho años, casi diecinueve y me toman como tonta, como que no sé nada de la vida y que lo que yo explico necesitan corroborarlo con otra persona o sino no me creen.

—Permiso, me voy a dormir.

—Celeste espera.

—Quiero ir a dormir. —corro por las escaleras.

—Celeste espera... —parece que no llego mas a la cima y al fin encerrarme en mi habitación, pero me agarra del brazo—. Celeste espera, no quise ofenderte. —miro a otro lado esforzándome para no llorar—. Sé que eres capas de cualquier cosa.

—No, no lo sabes porque no confías en mi.

—No Cele, nada que ver.

—Si, —ya no aguanto las lágrimas—. Todo lo que hago o digo es cuestionable, todo tienes que consultar porque no me crees capas de nada mas que actuar como una nena, ¿y sabes papá? no soy una nena.

—Lo sé.

—NO LO SABES... NO LO SABES PORQUE NO ME VES COMO LO QUE SOY. —me suelta asintiendo—. Te voy a mostrar que soy una mujer y sé lo que hago, no soy mas una nena. —voy a mi habitación limpiándome las lágrimas.

—Sé que no eres una nena Celeste. —quedo parada escuchándolo—. Eres mi hija, no quiero verte crecer como lo haces, me niego a verlo.

—Pues ya lo hice.

*****

Cocino escuchando la discusión de Manuel con Mili, y la verdad que me lleva a mi juventud, a Manuel actuar como mi papá que no quiere ver que tiene una hija adulta, responsable y con deseos de una mujer adulta y responsable, y Mili es una parte mía y una parte de Cami, porque yo me enojaba y toda la cosa, pero no discutía como ella lo hace, en eso salió a Camila y a Flor, solo que no tiene la locura de Flor, porque Florencia puede tirar la casa abajo por ganar una discusión, con Juan no lo hace pero con mi papá y hermanos si.

—A COMEEEEERRRR.

—Puedes ayudar un poco aca Celeste.

—Papá dale.

—Mili basta.

—Pero papá, escúchame.

—Te estoy escuchando hace ya... —muerdo mis labios cuando mira el reloj—. Cuarenta minutos, y en esos cuarenta minutos no escuché nada de que sea seguro, solo que eres grande, que es tu deber salir... Deber le mandaste Milagros.

—Esa parte estuvo buena.

—MAMAAAA.

—Shhh, no grites si no somos sordos.

—Ufa.

—Ufa nada, pon la mesa mejor.

—Que pesados que son.

—Re pesados, y no vas a esa fiesta. —va al estante donde están los platos—. Me importa poco que ya hallas dicho que ibas y toda las mentiras que te echas pensando que vamos a decir que si.

—Nacimos ayer parece.

—Parece.

—Pero todas mis amigas van.

—Que vayan, si a sus papás no les importa la seguridad de sus hijos no es mi problema Milagros.

—¿Pero qué es lo que tanto me puede pasar?.

—El abuelo la dejó salir a la tia Camila una vez... —Manuel me mira enseguida cuando hablo, me dijo que no quería que Milagros sepa que no somos sus papás y no voy a tocar ese tema—. Y fue suficiente para que abusen de ella.

—Ay mami, no mientas de esa manera para no darme permiso.

—Fue lo que pasó Milagros. —lo mira a Manuel quedando seria—. Abusaron de ella en una sola salida con amigas, supuestas amigas que las dejaron solas a ella y a otra chica mas, no estamos diciendo que te va a pasar lo mismo, pero no juego a la ruleta, no vas y punto, no es que espero a que te pase algo, lo evito de raíz, no vas y no se habla mas.

—Esta bien. —nos sentamos a comer viendo una peli—. ¿La tia no murió de un accidente no?.

—No.

—¿Ella se quitó la vida?. —la miro con ganas de llorar porque es como verla a Camila, no podía salir con sus ojos o voz, es toda Camila, es como tenerla a ella—. Nunca hablan de eso y la tia Flor dice siempre que la forma en que se fue no se lo desea a nadie.

—No Milagros, ella se quitó la vida porque esa noche del abuso la marcó por toda su vida, quiso salir adelante pero no pudo, no es algo lindo, no es algo que digas lo dejo de lado y sigo con mi vida. —tomo jugo temblando y dejando que Manuel hable—. Los abuelos se confiaron una sola vez, una sola... Y pasó eso, cuando naciste me dije que no me iba a confiar ni una vez contigo ni tus hermanos, y no me importan las escusas, las lágrimas, que voy bien al colegio, que me porto bien... No me importa porque son cosas que las debes hacer, no esperen una recompensa, les recompensamos con la comida y la ropa y los viajes, pero no crean que por ir bien a la escuela es signo de un permiso para ir a un boliche que sabrá Dios que hacen ahi dentro.

—No sabia que había pasado eso, ahora no insisto mas.

—No lo hagas mas porque por mas que te tires al suelo no vamos a darte permiso.

—Entiendo, ahora entiendo el porqué.

—¿Te sirvo mas Bauti?.

—Si mami.

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Holis, para el otro sabado sigue el reto para maraton, va a ser de la misma cantidad, 300 votos.