POV Karla No es que hubiera escuchado a mi hermano Ernesto llegar a la casa, lo que sucedió que se me ocurrió una idea que no podía dejar pasar. Tuve que contener todos mis deseos de seguir besando a Ciro, si no nos hubiéramos detenido no sé qué hubiera pasado, sonreí satisfecha, era solamente cuestión de tiempo para estar con él porque ya me quedó claro que yo también le gusto tanto como él a mí. Bajé las escaleras con prisa con dirección al despacho de mi padre que ahora Ernesto se había adjudicado, ya que papá por ahora se tomaría un largo descanso de los deberes de la empresa después de cubrir a Ernesto los meses que pasó en Montenegro. Toqué la puerta del despacho abriéndola solo un poco. - ¿Se puede? - pregunté en voz alta para qué me escuchará, esperaba que estuvier