Clara La copa Hamilton era la más esperada por toda la familia, una actividad que nació con Oliver, Nathan y Emily, un día de verano, cuando estaban aburridos en el patio de la casa, ellos fueron los pioneros de esta serie de juegos que se llevaban a cabo una vez cada cuatro años. Algo que comenzó con una guerra entre familias, ya saben, los Hamilton contra, Wells, Williams, Trovatelli, Book, etc. Las reglas eran simples, básicas, hasta cavernícolas, pues en mi familia, las competencias eran algo serio, tanto como los votos matrimoniales, acá era ganar o morir, la derrota no estaba escrita, ni formaba parte de su vocabulario, sobre todo el de mi padre. Cumplir las reglas de cada juego no era difícil, siempre eran consignas muy básicas, solo era jugar y ganar, nada más importaba. Al fi