CAPÍTULO CATORCE Emelina esperaba que a estas alturas hubieran encontrado el Hogar de Piedra. En cambio, el camino parecía no acabarse nunca delante de Cora y ella, serpenteando ahora lejos de los ríos navegables, hacia unas tierras ondulantes que eran propensas a las neblinas y chaparrones repentinos. —¿Aguantas bien? —le preguntó Emelina a Cora. Podría simplemente haber buscado la respuesta en la mente de la joven, pero estaba intentando hacerlo menos con su nueva amiga. Ya que Cora no tenía poderes propios, a ella le parecerían horas caminando en silencio. —Estoy bien —le aseguró Cora y, para sorpresa de Emelina, parecía estarlo. Emelina había dado por sentado que no sería lo suficientemente fuerte para andar todo este camino, encontrando comida mientras avanzaban, robándola cuando t