CAPÍTULO DOCE Aunque Sofía sabía que estaba diciendo la verdad acerca de quién era, todavía sentía una punzada de miedo mientras los guardias las llevaban a Catalina y a ella a través de las verjas del castillo de Ishjemme. ¿Y si su tío no creía quiénes eran? ¿Y si las trataba como impostoras, que estaban allí para engañar? Para cuando llegaron a la sala principal del castillo, Sofía estaba casi temblando ante la expectativa de conocer a su tío. Sienne parecía percibir ese miedo, el gato del bosque miraba alrededor en busca de enemigos a cada paso. Incluso Catalina parecía nerviosa, no alejaba nunca la mano de la empuñadura de la fina espada que llevaba. Los guardias abrieron las puertas de golpe, y Sofía vio que lo que una vez había sido una sala antigua ahora había sido reorganizada c