Al iniciar sesión en el sitio web de Sugar Daddy Online, Demian hizo una búsqueda rápida y descubrió que todos los datos de Olivia habían sido eliminados. Ella había cumplido. Al cerrar su cuenta, se centró en el caso que tenía entre manos. Hoy tenia tres que sentenciar, poco minutos después escuchó unos golpes en la puerta.
—Adelante—dijo él.
—Juez Black, ¿esta listo? —le preguntó su asistente.
En la corte cada juez se le asignaba una asistente la cual llevaba los casos que cada juez debía hacerse cargo.
—Si, vamos señorita Fredison—respondió él poniéndose de pie, dirigiéndose a la sala del tribunal.
***
Una vez que terminó se marchó de la sala del tribunal y fue a su oficina dentro de la corte, rodeó el escritorio para revisar el horario una vez más de Olivia. Le recordaba a sí mismo cuando estaba en la universidad. Siempre dispuesto a tomar una clase más. No pasó mucho tiempo antes de que se ahogara en ellos. Imprimió una copia de su horario. No pudo resistir otro vistazo a lo que le había conseguido su investigador privado. Metió la mano en el fondo de su escritorio, tomó el archivo, lo abrió y allí estaba ella. Varios documentos que se habían recopilado a lo largo de su vida. La primera información fue de la escuela secundaria en la que estuvo, fue en ese periodo que sus padres murieron, luego sus tíos se hicieron cargo de ella. Después de eso comenzó la universidad, junto a esto estaba su licencia de conducir, aunque no tenía automóvil. Examinando los detalles, vio que las mensualidades de la universidad habían aumentado.
Incluso había recibido un informe del casero del edificio donde vivía sobre los pagos atrasados del alquiler. También se reflejaba que trabajaba en el supermercado que ella ya había mencionado. Ella tampoco parecía tener amigos, solo un grupo de estudio al que asistía de vez en cuando.
Movió el bolígrafo entre sus dedos, vio la fecha exacta en que ella había subido su fotografía al sitio web. Nadie más que él había hecho clic en él.
A algunos hombres no les gustaba una mujer con curvas, pero él amaba su trasero, sus senos y sus muslos. Solo pensar en ellos envueltos alrededor de su cintura lo ponía duro como una jodida roca. La sensación de su coño mientras conducía su polla dentro de ella fue pura felicidad. Se supone que no debes estar obsesionado. Cerró el archivo y se obligó a guardarlo.
El objetivo de atrapar a Olivia había sido para que no perdiera el tiempo pensando en ella o preguntándose qué estaba haciendo. Cómo se las estaba arreglando. Sacó su teléfono celular y decidió llamarla.
— ¿Cómo estás?—le preguntó él una vez que ella respondió.
— Bien—contestó simplemente.
Ella no dijo nada más y de nuevo él frunció el ceño. No tenía idea de qué hacer.
—Me alegro.
Luego hubo un silencio.
—¿ Y tú como estas? No sé si puedo preguntar. ¿Es eso parte de las reglas?—preguntó ella.
Él sonrió.
—No te preocupes tanto—le dijo.
— Son tus reglas. No los voy a romper.
—¿Alguna vez pensaste en romper las reglas?—interrogó él.
—No. Parecías bastante firme en que no quieres una mujer que se demore—contestó.
Él se sintió tan jodidamente estúpido hablando con ella. Él había sido el que había dicho que no quería una relación, pero sin embargo, aquí estaba, instigando todo.
—¿Disfrutaste nuestro primer encuentro?
—Sí. ¿ y tu?
—Me encantó. ¿Estas adolorida?
— No puedes preguntarme eso—contestó ella.
—Sabes que me estás confundiendo mucho en este momento—le dijo él—.No seré tan fastidioso la próxima vez. Ha pasado mucho tiempo desde que estabas con alguien y quería asegurarme de que estabas bien —agregó.
—Si estoy bien. No estoy hecho de vidrio. No me romperé —dijo ella después de una pausa.
—¿Estas adolorida?—preguntó de nuevo preocupado por la manera que la tomó fuerte de la cintura.
—Un poco, pero no es nada que un poco de descanso no arregle. Simplemente no estoy acostumbrada a tener sexo. Especialmente no con un hombre que acabo de conocer —respondió ella.
—Bueno, sabes mucho sobre mí.
—Realmente no—dijo ella.
—Sabes que soy juez. No tengo tiempo para las relaciones. Que me encanta el sabor de tu coño con solo una lamida, y también la sensación de tu coño a mi alrededor —dijo él.
—Que no tienes filtro—dijo ella.
—La vida es demasiado corta para no ser sincero. Descubrí que obtienes la reacción correcta de la gente cuando eres así—dijo.
Ella rio.
—No esperaba esto.
—¿Qué?
—La llamada de atención posterior. Pensé que solo querías un cuerpo —dijo ella.
—No, no quiero un cuerpo. Supongo que quiero el paquete completo sin que me cueste más—respondió Demian.
—¿Quieres una novia sin compromiso?— preguntó.
—En cierto modo, sí. No quiero conocer a tu familia ni compartir ese tipo de cosas personales—dijo él.
—No te preocupes. No tengo ninguna intención de llevarte a ver a mi familia. En primer lugar ellos no son de mi agrado. Además ni siquiera sé cómo te los presentaría—dijo ella. Su respuesta lo dejó intrigado, ¿acaso no se llevaba bien con sus tíos?
Sabía que ella no se sentía cómoda con eso de decir que él era su Sugar Daddy. Especialmente cuando se quedó completamente en silencio al otro lado de la línea.
—¿Qué te parece si somos amigos? Así cuando te tropieces con alguien puedas presentarme con tu amigo.
—¿Quieres ser mi amigo?— ella preguntó.
—No estaría hablando contigo si no lo hiciera.
—Entonces hola, amigo.
—Eso no fue tan difícil, ¿verdad?
—En conclusión, ¿quieres que una mujer esté disponible para ti y darte todo lo que necesitas pero también para ser amigo? —interrogó.
—Sí. ¿Piensas poder con ello?—dijo él.
—Creo que podría hacerlo—contestó ella.
Él sonrió con su respuesta. Realmente le agradaba.
—De acuerdo. Bueno debo irme. Que Descanses Olivia—se despidió de ella.
—Tu también –respondió.
Luego de eso, se guardó el celular. No pudo evitar sonreí. Olivia sin duda no era como las demás mujeres con las que anteriormente había salido.