Will you show me the piece of my heart I've been missing?
Won't you give me the part of myself that I can't get back?
Will you show me the piece of my heart I've been missing?
'Cause I'd kill for you
And darling you know that…
-Sam Smith – No peace.
Tal vez este era mi segundo amanecer aquí, los días se volvían confusos y perdía poco a poco mi claridad. Siempre fui ágil al idear planes, pero ahora se me hacía imposible.
Nicholas se marchó después de caer en nuestra propia trampa, nos dejamos caer en el abismo sin el impulso para salvarnos.
El sonido de la maquinaria despertó mi esperanza, tenía otra oportunidad para huir, pedir ayuda.
- Nicholas quiere que comas algo. – cedió Anthony dejándome un burrito.
Moría de hambre, pero no le daría el gusto. Al parecer mi orgullo me salvaba algunas veces y otras no tanto.
- Deja de comportarte como una niña berrinchuda y come. Nicholas está preocupado, pero ahora estás sola conmigo. No te equivoques, a mí no me importa, me estorbas. – No paraba de fanfarronear.
Olía delicioso el burrito, necesitaba comer algo para poder escapar. Tal vez cedería un poco, era importante.
Tomé el burrito y comencé a darle unos mordiscos suaves. Veía la expresión de Anthony de superioridad, odiaba a ese sujeto.
- Te dije que no dejaría de comer por siempre. – jactancioso celebró.
- Bien, ya es hora que te vayas. Espero que ella te ayude. Consigue esos malditos sobres de una vez. – Ordenó Nicholas negándose a verme.
- Vendré más tarde. No quiero que pase lo de la última vez Nick. Cuídate. – sonrió fríamente hacia mí antes de salir.
Era incómodo quedarme sola con él después de todo. El aire de la habitación se viciaba y un dolor fuerte se extendía en mi pecho. Deseaba preguntar tantas cosas, tenía tantos ¿Y si? Odiaba mis dudas. Pero ¿si en realidad él me había usado? ¿Si todo fue mentira? ¿Si había manera de regresar atrás y que nada de esto nos sucediera? Ninguna palabra salió.
- Tengo sed. – exprese nerviosa.
Abrió la mochila que estaba en el suelo sacando de ella una botella con agua pura acercándola sin tener contacto.
- ¿Dónde habías estado? – me atreví a preguntar.
Sonó su celular, alejándose un poco para contestar. Eso evitaría que habláramos o tuviéramos contacto.
Aborrecía esto, estaba harta y rota. Trabajé tan duro para recuperarme, la rabia que me daba ver todo yéndose al diablo. Como si hubiera sido fácil para mí el escuchar lo mucho que me extrañaba o sentir sus caricias sin volverme loca pensando que eran falsas, pues lo único que buscaban eran sus estúpidos papeles.
Colgó la llamada y no pude esperar más.
- Me destruiste. –susurré. -Estaba lista para continuar y lo consigues de nuevo. Te irás, me dejarás destruida. Continuarás, pero yo estaré esperando el momento en que vuelvas una y otra vez. Como un maldito bucle. – Me lamente sintiendo las lágrimas caer por mis mejillas.
Por primera vez su mirada estaba fija en mí, pero no decía nada. Se mantenía estoico. Como si verme quebrarme no fuera más que una brisa fresca y no el ojo de un huracán en el que me encontraba.
- Me preguntaré una y otra vez si fue verdad alguna palabra, caricia, promesa. Si quedaba una pequeña esperanza de ese lindo chico del que me enamoré perdidamente fue real. Si realmente te conocí o supe quién eras. Tal vez siempre tuviste esa oscuridad, pero estaba ciega. Estaré carcomiéndome en las dudas, no me arrepiento. Yo te amé y me entregue a ti por completo. Aun cuando decían que éramos jóvenes e inexpertos. Yo estaba segura que mi amor era contigo. No te guardo rencor, puedes estar seguro que no usaré esos informes, quédate tranquilo. Me dolerá por algún tiempo, sin embargo, espero obtengas lo que buscas. - solloce.
El silencio permaneció, no hubo nada de su parte. Me dije que no importaba, yo había dicho lo necesario, lo dejaba ir. Cada quien continuaría, tal vez él olvidaría esos informes y sería el recuerdo de una vida. Eso es lo que yo más deseaba. Que pudiéramos continuar olvidando esto.
- ¡Maldita sea! -Bramó Anthony entrando a la habitación. – Está repleto de policías el departamento. Me hicieron un montón de preguntas y más ese idiota del FBI. – Rabiaba.
Mi mundo dio un giro de 180 grados al escuchar sobre eso, contaba con la ayuda de Elijah. No lo esperaba, pero no negaré lo mucho que me tranquilizaba.
- ¿FBI? – cuestionó nervioso Nicholas. - ¿Estaba el FBI?
- Tranquilo Nick, Victoria está comiendo de mi mano. Yo llegué como el novio comprensivo, pero no pude encontrar esos malditos informes. También estaba tu linda mamá Macarena, ¡diablos está preciosa tu suegra Nick! – se burlaba.
- ¡Aléjate de ellas! – estalle en ira.
- Uff la dama se molestó. -ironizó Anthony.
- Déjala Anthony, concentrarte ¿cómo conseguiremos esos informes si está lleno de policías? – Nicholas se mostraba cansado.
- Pues estoy seguro que Victoria me los va a dar. Ella es tan inocente. Esperemos un poco, seguiré “apoyándola”. – replicaba tranquilamente.
- Yo se los daré. -cedi. -Deja fuera de esto a mi familia. -implore.
Sorprendidos me miraron, esperaban que fuera una trampa, pero me encontraba agotada. Nicholas no lucía tan feliz como Anthony al escuchar que ganaban, o al menos eso era lo que yo aún deseaba creer.
- ¡Por fin! -celebró. – ¿Dónde están Maca? -interrogó Anthony sin perder más tiempo.
- Están en una caja de seguridad en el banco. Toma, es la única llave. –Le entregue mis llaves. – Es el banco central.
Nicholas echó un vistazo a cada uno de mis gestos examinando alguna mentira o engaño, pero era cierto, de alguna manera. Nunca averigüe lo que esa llave me mostraría, pero sabía que de donde era. Me había cansado de este juego, yo buscaba respuestas y al final las obtuve aun cuando no fueran las deseadas. La verdad se instaló frente a mi sin permitirme ver algo más.
Ve por los documentos. Yo te espero aquí. – dirigió Nicholas. – Cuídate y no hagas nada estúpido.