Andrea.
El sueño le falta poco para vencerme, nos hemos pasado casi toda la madrugada de un lado para otro, con el castaño mostrándome sorpresas que nada más con su porte masculino y duro que le da esa imagen de hombre frío para nada romántico, pero que justo ahora es todo lo contrario.
Mantiene su mirada atenta a la carretera, no desviando la atención de los pocos autos que transitan en la oscura carretera de San Mortan, cerca del acantilado más hermoso de Madrid.
La suave voz de Selena no deja de sonar por los altavoces, el silencio se mantiene así, ocasionando que me aborden locos pensamientos que son solo eso; pensamientos y reflexiones que me abundan a cada nada obligándome a tragar en seco porque un anhelo de que esto nunca se acabe me supera.
Odio esa sensación de querer qu
