(Jon narración)
—Vaya momento de ponerte trágico Jon.
Me volví a su voz, alzó una de sus manos a mí y de pronto toda esa sustancia se substrajo. Nigromante estaba ante mí radiante y con la armadura que lo protege contra hechizos y heridas del mismo carácter de fuerza sobrenatural.
—No noté tal turbación en ti, incluso cuando sabías que podías ser abstraído por la maldición a tal punto de desvanecerte en conjunto con tu cuerpo. Pero, ahora mírate, te concedes gran pesar.
Seguía reclinado, me puse de pie. No deseé tener la armadura, sino que me aproximé respirando hondo, cubriéndome la ropa oscura que solía usar.
—No entiendo cómo es posible. Mi espíritu se sume en lo que antes no. ¡Cuánto tiempo pasó para que viera esto con naturalidad! No lo comprendo, algo me ofusca terriblemente y
