Amor prohibido 3. Cuando nadie ve.

31. Hay más.

Noemí.

Cuando lo dice así, solo queda estar de acuerdo.

-Deberías escucharlo, princesa. Sabe a quien tiene delante. Ahora la pregunta es ¿hasta donde piensan llegar?- nos cuestiona como si nada mi tío.

Ya no puedo negarlo con él, porque mi chico se encargó de confirmarlo.

-No lo se. Después veremos. Solo quiero sacar a ese tipo de nuestro camino. No puedo ni verlo y se le insinuó a Alfonsina cuando fuimos por papeles.

-Me estas jodiendo. - dice con sus dientes apretados.

-No te preocupes que Matías dijo que soy su hermana y no se despegó de nosotras- Alfon intercede a nuestro favor.

-Mas le vale que las cuide. - pasa las manos por su rostro- necesito saber que más hay.

-Nadie en México, Estados Unidos o Las Vegas se quiere meter contra él. Al parecer es muy importante el señor Dublin- agregó con cara de asco.

-Yo no soy de ninguno de esos lados. - sigue vueltas hasta que se detiene- ¿Fui su último recurso para hacer esto?

- No quería molestarte tío.

Sus ojos nos observan y me siento desnuda. Trato de evitar su mirada porque puede verlo todo.

Cuando eramos pequeñas, cada una de las travesuras que hicimos fueron descubiertas por él. Nada se le escapa y tengo que permanecer con este secreto solo para nosotros dos hasta que Dublin salga de nuestro camino.

Al inicio había pensado en revelarlo todo, pero se que saber que me casé a escondidas, por más de que luego nos divorciemos, partiría el corazón de mi tío. Esto debe de quedar en segundo plano.

-Yo creo que sigues ocultando algo, pero en algún momento lo sabré. - sus ojos me miran directamente. - El socio de mi amigo ¿que dice?

-Pues descubra por si mismo si ocultamos algo más. - levanta un hombro y mi tío lo mira con los ojos entrecrrrados.

-Bien. Vamos a planificar esto bien. Tengo que saber más de ese tipo.

Toma asiento y comienza a buscarlo por todo Internet. Abre y cierra las páginas con una velocidad impresionante.

Toma notas en su blok cada tanto y sigue en búsqueda de algo, que no se que es.

-Mierda. Es sobrino del presidente de Estados Unidos y su esposa es la hermana del presidente de México. Con razón nadie quiere hacer nada.

-No te lo creo. - me acerco a la pantalla para ver lo que nos muestra.

Ahí está toda la información. Su parentesco en Norteamérica es numeroso, tanto como los artículos que lo implican en algún caso de violacion, cuyas denuncias fueron retiradas. Yo no voy a ser ellas y quiero que pague.

-Podemos buscar a estas chicas y pedir que reconsideren poner la denuncia. Si vamos a hacer esto hay que hacerlo a lo grande. - habla mi tío, con seguridad.

Observó su blok de notas y veo que allí tiene anotado cada nombre que dejó una denuncia. Va por ellas.

-Estoy de acuerdo. En lo que pueda ayudar- Matías deja su acotación en pausa.

-Manteniendo tus manos fuera de mi sobrina sería un buen principio- lo mira a los ojos- Aunque me parece que no te agrada la idea.

Gira su cuerpo nuevamente y se concentra en lo que estaba haciendo. Se le nota estresado. Pasa sus manos por su cabello y cada tanto lo tironea un poco.

Me da hambre y me hago camino a la cocina.

-Voy a hacer algo para comer ¿quieren?

-Si, claro. Gracias. - contestan los hombres al unísono.

Yo me rio, pero no digo nada. Voy a preparar unos sándwiches y un buen licuado. Ya son cerca de las 2 de la tarde y ellos parecen haberse puesto de acuerdo para trabajar Unidos.

-No creo que a Matías le haya gustado mucho que trataras de ocultar que tienen algo- me secretea Alfon.

-Me di cuenta, pero no quería hablar de más.

-Parecía realmente herido, Noemí. Me parece que siente cosas fuertes por ti.

Sus palabras se cuelan profundo. Lo miro hasta que siente mis ojos en su piel y me mira con una sonrisa. Bajo la mirada al plato nuevamente para negarlo.

-No lo creo. Igual ni me importa- levantó los hombros para no darle importancia.

-Si que te importa, y sino debería. Parece realmente interesado en ti, Noemi.

-Ya deja eso. Vamos a comer- la corto y caminamos con los platos a la mesa.

-Este tipo tiene denuncia de detodo. Es increíble como nada más grave pasó. - mi tío comenta- Me alegro que se halla encontrado contigo. -Le palmera el hombro a Matías que solo baja la mirada sonrrojado- Ahora queda saber que va a decir mi amigo.

-Tu amigo no tiene porqué saber nada. Esto se soluciona acá, tío. Si avanzamos se lo haremos saber, pero no es el momento- trato de zanjar el tema.

-Como digas, solo te digo por experiencia, que las mentiras tienen patas cortas y que no hay ningún secreto que se pueda esconder en este mundo, princesa.

Nadie dice nada y continuamos comiendo. Las horas se pasan en investigaciones en la Red y en la agenda telefónica. Mi tío pide cita con cada una de las mujeres de su lista anotando en una agenda detallada y tomándose el tiempo de calcular las distancias que tiene que recorrer y cuanto le llevará. Se a ciencia cierta que mis finanzas tendrán una decaída importante, porque no hay manera en que deje que los gastos salgan de su bolsillo.

Cuando la noche está en su máximo esplendor y ya terminamos de cenar, Matías anuncia que se retira a descansar.

-Espera que voy por un documento para ti- le dice mi tío.

Yo aprovecho a despedirme y le doy un beso en la puerta.

-Nos vemos mañana cuando Mauricio esté en Las Vegas- le digo en un susurró.

-Esta bien, cariño. - su tono es suave.

Sus palabras y todo lo que me han dicho mi tío y Alfonsina viene a mi mente. No sé si me dice cariño por costumbre o es porque en verdad lo siente.

-Aquí tienes, Matías. - Le extiende un sobre amarillo- aproveché a traer la confirmación de sus cuentas del banco de Uruguay para ti.