Noemí.
De verdad que no puedo explicar lo que este sujeto causa con su mirada. Es lo opuesto a lo que causa la de Matías. Esta me despierta ganas de correr y nada más.
-No señor. Muchas gracias así estoy bien. ' niego educadamente.
Parece que mi respuesta no lo complace porque sigue insistiendo y comienza a averiguar sobre mi.
-No me dijo su nombre- acota.
-Señora Ferreira para usted- contestó Seca sin ninguna expresión.
-Por lo bella que se ve, puedo deducir que esta aquí por placer. - habla con voz rara.
Que asco me da. Con un no, no es suficiente para que se largue y no veo a Matías por ningún lado.
-Negocios, como la mayoría. Disculpe pero tengo que retirarme- no quiero ser descortés, porque no se quien es en este mundo.
Cuando dejó mi copa y doy un paso para irme, toma mi brazo con su mano. Puedo quebrarla si quiero, pero en los negocios se necesita diplomacia y astucia.
-¿Porque no me acepta una copa?- no entiende.
-Porque ya bebí lo suficiente y tengo negocios que hacer. Disculpe.
Trato de marcharme y me vuelve a detener. Uno, dos, tres cuento en mi mente cuando vuelve a insistir.
-Una sola copa y la acompañó a donde quiera.
Solo puedo mirarlo. No entiende lo que es no y se me ocurre usar la escusa más baja que puede usar una mujer para rechazar a un hombre.
-A mi novio no le gustaría que acepte una copa de otro hombre. Hasta luego.
Ahora si parece comprender y me deja irme. Voy a buscar a Matías y voy a matarlo.
Unos minutos después, me envía un mensaje para avisarme de que el señor Holt aceptó una reunión privada y me esperan en una oficina. Me dirijo a paso seguro y con mi frente en alto hasta ese lugar. Matías abre la puerta después de haber tocado y me invita a pasar.
-Buenas noches, de nuevo, señorita.
-Buenas noches, señor.
-Me dijo el señor Rivero que tienen una propuesta interesante para mi.
Lo miro a Matías y me da el consentimiento para seguir. Puedo ver que quiere probar que tan buena soy en esto. Y se lo voy a demostrar.
-Sentemonos- lo hago primero y ellos me siguen- Nuestra propuesta es simple. Estamos dispuestos a invertir un millón y medios con una sola condición. - guardo silencio para que lo procese.
Al decir millón y medio, sus ojos se aben y miró a Matías que me da una sonrisa de costado. Si el pregunta por la condición, es porque está verdaderamente interesado.
Los minutos pasan y el señor nos mira a uno y a otro. Esto me hace sentir que pierdo mi tiempo, hasta que se acomoda en su silla y vuelve a nosotros.
-¿Cuál sería esa condición?- te tengo.
-Muy simple, señor Holt. Nosotros tendríamos un total del 40 por ciento de las acciones y el mismo porcentaje en ganancias y seríamos sus únicos socios. Sin mencionar, que compartiriamos las responsabilidades.
Matías toca mi mano por debajo de la mesa pero lo ignoro. Se que pido el 10 por ciento más en acciones, pero esto es negociación y me da la posibilidad de bajar eso.
-Con el dinero invertido serían un total de 30, no 40. No se si me sirve. -refuta
-Nosotros nos encargaríamos del mercadeo y contratar la mejor publicidad para el lugar. Puedo ver las posibilidades de comprar paquetes con todo incluido para los clientes y eso asegura más huéspedes.
-No había pensado en hacer publicidad, a decir verdad- se queda un momento pensando y de pronto se para.
-¿Usted está de acuerdo Rivero?- le pregunta.
-Si, por supuesto. Así lo habíamos hablado con su familia.
Holt mira de uno a otro y estira su mano.
-Trato echo. Tienes potencial, niña. Mañana firmamos los papeles.
-Gracias. - sonrió y volvemos al salón.
-Eso fue muy arriesgado, Noemi.
-El que no arriesga no gana, Matías. Por eso estamos en este negocio. A demás tirar para arriba siempre te permite bajar- le guiño un ojo y me voy por una copa para celebrar esto.
Pierdo de vista a mi socio, hasta que veo al señor de hoy temprano acercarse. Lo primero que observa es que llevo una copa en la mano. Y por supuesto, vuelve la mula al trigo.
-¿Ahora si me acepta la copa? No la vi con su novio en ningún momento.
-Que no me halla visto no significa que no haya estado con él- digo con suficiencia.
-La estuve observando y puedo asegurar que no vino con nadie. - ¿Qué estuvo que?
-¿Disculpe?
-Dije que no la vi con su novio en ningún momento.
Detrás de él veo a Matías caminando con dos copas en sus manos. No se si sean para mi, pero tengo que sacarme a este tipo de encima.
-Justo aquí viene, se lo presento- me acerco a el que me mira curioso, quito una copa de su mano y le doy un pico- Gracias, amor. Ven, te presento al señor- me hago la que pienso- No recuerdo su nombre, disculpe
Matías me queda viendo y yo pellizco su brazo para que reaccione. El tipo extiende su mano como si no me hubiera estado acosando toda la noche.
-Sergio Dublin.
- Matías Rivero.
-Un gusto- le dice el idiota y yo me hago la tonta.
-Gracias por mi copa, amor. Podemos seguir celebrando. Hasta pronto señor Dublin.
-Hasta luego. - contesta mirándome raro.
Yo doy media vuelta tirando del brazo de Matías que no reacciona y tomó mi copa de golpe.
-¿Qué fue eso?- pregunta.
-Tu siendo mi novio para sacarme a un tipo de encima- bebo otra copa que pasa frente a mi y lo siento ponerse tenso- como si lo necesitará. Bebe que estamos celebrando, Matías.
Lo miro firme, asegurando que no se valla a dar la vuelta a golpear al sujeto y se bebe dos copas extras.
Seguimos celebrando, hasta que siento sus manos en mi cuerpo y no recuerdo más.
-¡Mierda, mierda, mierda- sus gritos me despiertan alarmada.