“Ariel, ¿por qué nos siguen?” Le preguntó Dante, viendo que aquellos empleados los seguían de un lado a otro, diferente a los demás clientes. “Creo que son muy amables.” Respondió ella distraída, mirando cada cosa por la que pasaban. “¿Segura? Es un poco molesto, ven todo lo que hacemos, cada cosa que toco, todo lo que miras te lo muestran. ¿Has estado aquí antes?” “Sí, es el centro comercial de la familia Fendi. Vine una vez, pero no te preocupes, con el aspecto que tengo ahora no creo que me reconozcan.” Eso pensaba ella. “¡Allí está!” De inmediato Ariel reconoció la voz de Annie, quien se acercaba hacia ella como un toro enojado. Dante, sin saber quienes eran, se colocó frente a Ariel, viéndose claramente las intenciones con las que la Fendi se acercaba, pero Alessia, que iba ta