Tenía miedo por todo el dinero que llevaba en su bolso, con miedo de que se lo robaran. Lo había divido en tres partes y de igual manera seguía siendo mucho, pero Ariel no confiaba en nada y si perdía ese dinero…sabía que su destino sería otra vez estar en las calles. Salió de aquel motel, llevaba puesta una falda negra larga, una camisa de flores y unas deportivas, con su pelo en una coleta baja, a la altura de la nuca y una gorra, lentes negros y aquella tan delgada figura. Cinco días llevaba alejándose de allí, pero sabía que no era suficiente. Nunca sería suficiente. Tomó aquel autobús y se sentó por el medio, apenas habían unas cinco personas dentro, pero el autobús fue haciendo pequeñas paradas en los pueblos por los que pasaba y al final este ya iba lleno. Un hombre de unos cua