11. No Caer

1080 Words
[ANAHÍ] Había olvidado los muchos temas que Amadeo y yo teníamos en común, y como de una conversación podíamos pasar a otra y otra hasta que ni siquiera supiéramos como es que terminamos hablando de ese tema. El tiempo pasa volando a su lado, ya hemos pagado la cuenta, bueno en realidad él pago porque no me ha dejado ni siquiera sacar mi billetera y nos levantamos de la mesa —¿Caminamos un poco? — Me ofrece cuando salimos del restaurante. —Yo debo regresar a la empresa— Comento. —Bueno, en realidad yo vendría a ser el hijo de los dueños, asique no creo que se enojen si llegas un poco más tarde— Explica haciéndome sonreír.  —¿Vas a aprovecharte de quien eres? — Indago y niega. —No, solo quiero caminar un poco contigo, hablar, preguntarte cosas— Se defiende y miro la hora. —Puedo escaparme una hora más— Le informo haciéndolo sonreír. —Entonces caminemos, hay un parque cerca de aquí— Propone. —Esta bien, pero dime, ¿Qué cosas quieres preguntarme? — Averiguo y se sonríe. —¿Prometes responderme con la verdad? — Pregunta mirándome y soy yo quien se sonríe ahora. —Lo prometo— Respondo y sé que esto puede llegar a jugarme en contra. —Voy a empezar por algo que siempre me he preguntado…— Advierte y hace una pausa, me mira y yo intento no ponerme nerviosa —¿Por qué me has besado aquella noche en la discoteca cuando fuimos a celebrar mi cumpleaños? — Indaga y siento como mi corazón se acelera fuertemente. —Porque me gustabas mucho— Me atrevo a confesarle y si la tierra se abriera en dos y me tragara, me haría un enorme favor. Siento sus ojos sobre mi e intento actuar como una mujer madura —¿Te gustaba? ¿De verdad? ¿Por qué nunca me lo dijiste? — Presiona. Sonrió nerviosa —Porque eras mayor que yo, porque éramos mejores amigos… no sé, me daba vergüenza— Intento explicar. —¿Y ahora? — Cuestiona de la nada y debo detenerme para mirarlo a la cara cuando apenas hemos llegado al parque. —¿Qué? — Le pregunto mirándolo a los ojos. —¿Te gusto? Es decir… ¿te sientes atraída hacia mi? — Averigua como si nada y no puedo creer que me este haciendo esta pregunta. —¿Te olvidas que estás comprometido? — Le cuestiono firme. —Eso no responde a mi pregunta— Expresa sin titubeos. —Podría hacerte la misma pregunta, después de todo has sido tú quien me beso en el baño de tu casa— Sentencio y no sé de donde estoy sacando el atrevimiento para preguntarle esto. Él me sonríe y sin que yo me lo espere lleva sus manos a cada lado de mi cintura y me hace acercar a él —Eres muy bella Anahí del Valle, y si, me gustas mucho, ¿contenta? — Me responde sin titubeos y en estos momentos me debato entre salir corriendo o quedarme aquí perdida en el gris de su mirada.  —Deo… estás comprometido— Repito nerviosa. —Pero no soy ciego— Se defiende.  —Esto es un error— Murmuro y llevo mis manos a las suyas para que me suelte, —Vayámonos a la empresa— Sentencio y camino hacia donde esta el auto. —¡An! — Lo escucho gritarme y a los pocos segundo ya esta caminando a mi lado —¿Puedes decirme que ocurre? Te acabo de decir que me gustas mucho— Me pregunta y suavemente me sujeta del brazo para que me detenga y nos quedemos mirando frente a frente. —Amadeo, no te confundas, yo no soy como esas chicas de la universidad que seguramente caían rendidas a tu acento italiano y esa mirada encantadora… yo no soy como ellas, no me interesa caer en tu juego ni ser tu chica de una noche, que lo sepas… no arruines la amistad que teníamos por tus aires de conquistador empedernido, mucho menos cuando estás comprometido con ella— Expongo con algo de rabia. —An…— Intenta defenderse. —Vamos a la empresa y deja este tema por la paz, has de cuenta de que nunca hemos hablado de esto— Digo firme y por más que por dentro sus palabras me hagan temblar como gelatina, no pienso caer en su juego… yo no seré otra más de su colección, de esas con las que siempre subía fotos en sus r************* . Continúo caminando sintiendo sus pasos a mi lado —¿Sabes que tendremos que viajar a Mónaco juntos? — Me pregunta y no puedo dejar que vea lo nerviosa que me ha puesto. —Si, y espero que te comportes como un profesional— Digo sin mirarlo. —¿Por qué construyes este muro entre nosotros? No lo entiendo— Me cuestiona.  Sus palabras me hacen tener que mirarlo a la cara —Puede ser que porque tú te estás tomando atribuciones que no debes, ¿no te parece? No se si lo recuerdas, pero yo tengo novio— Le recuerdo, aunque ahora ya ni siquiera sé que somos Giulio y yo. —¿Eres feliz con él? — Lo escucho preguntarme —¿Te ves teniendo hijos con él? — Continua. —Ese es mi problema, ¿no te parece? — Respondo cuando ya estamos llegando al auto e intento abrir la puerta, pero obviamente esta cerrada.  Amadeo se para enfrente de mi y lleva sus manos al auto acorralándome entre el coche y su cuerpo generando que mi cuerpo se convierta en una hoja que se mueve al compás del viento —Dime, ¿eres feliz con é? ¿Te mueres de amor cada vez que te toca y te hace suya? — Presiona y no puedo creer que mi mejor amigo se haya convertido en esto… —Amadeo, por favor, no sigas, ¿sí? — Le pido. —¿Por qué? — Cuestiona. —Porque si, porque me vas a obligar a irme de la empresa si sigues acosándome de esta manera— Sentencio y estas palabras parecieran hacerlo reaccionar ya que da dos pasos hacia atrás. —Lo siento…— Murmura. —Abre y vámonos de aquí— Insisto y esta vez él hace lo que le he pedido. 
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD