Ya había terminado con mi maquillaje y le hice caso a Valentino, me maquillé muy natural, la verdad es que me veía muy linda de esta manera y me gustaba, así que no todo fue por él. Sí claro —dijo sarcásticamente mi subconsciente. Estaba terminando con mi cabello, cuando volvió a entrar al cuarto, aún tenía duda de lo que preguntaría, pero antes debía de asegurarle que algo como lo que pasó con mi amiga, no volvería a ocurrir. —Tengo algo que decirte —anuncié, viéndolo a través del espejo. Ya estaba vestido con un traje n***o que le quedaba espectacular y muy sexy. ¿Existía algo que no le quedará bien? —Dime —fruncí mi ceño cuando lo vi batallando con la corbata y me levanté para ayudarlo—. No es necesario —dijo avergonzado. —Claro que lo es, así que déjame —sugerí sonriendo.