Zoran sintió una enorme oleada de alivio mientras comprobaba el estado de su simbiótico. Había sobrevivido un mes ocultándose y una huida abrupta sin sufrir grandes daños. Abby lo había ayudado a sanar sin percatarse siquiera; al tocarlo, le había entregado parte de su esencia, ofreciéndole las fuerzas necesarias para curarse. Observó las imágenes que destellaron en su mente mientras el simbiótico reproducía la manera en que Abby lo visitaba dos veces al día, pasando siempre casi una hora hablando con él. Lo recorría con las manos de un extremo al otro, acariciándolo mientras susurraba palabras de consuelo. Oyó cómo hablaba de él; había estado preocupada. Había temido que no se recuperase y que tuviera que llamar a alguien para que lo examinara. No quería que los demás de su especie cono