ADDYSON —¿N-Nate? Todo mi cuerpo se congeló y me consumió el miedo. Había vuelto otra vez. —Addyson, cariño—. Sonrió con los brazos abiertos para mí. —Quería hablar. Me quedé helada mientras le miraba fijamente. Todo volvía a mí. La última vez que estuvo aquí me golpeó fuerte como un autobús. Los gritos. Nuestra discusión. La asfixia. La destrucción y luego él marchándose. —Creí haberte dicho que no volvieras—. Murmuré suavemente. Se encogió de hombros y enterró las manos en mi bolsillo. —Te echo de menos, cariño, quería volver a verte. —Bueno, no te echo de menos. Entonces, ¿puedes irte, por favor?— Susurré la última parte mansamente mientras mis manos jugueteaban para encontrar las llaves. Metió los puños en los bolsillos y apretó con dureza la mandíbula. Su cuello estaba tenso