Notas Altas

XVIII

Tsuna se encontraba sentado en el sofá con el pequeño Natsu entre sus brazos, el pequeño era hermoso, su piel era blanca, su cabello castaño oscuro y sus ojitos eran azules como los de Giotto.

Todos sonreían al ver al castaño tan feliz con el pequeño, Reborn tal vez nunca lo admitirían en voz alta pero ver a Tsuna feliz lo llenaba por completo y le daba una razón por la cual levantarse cada mañana, el castaño era su todo desde que lo conoció de niño y verlo crecer fue de las mejores cosas pero nunca pudo verlo como un hijo como muchas personas pensaron, siempre estuvo encantado con todas las facetas de aquel pequeño castaño.

Los chicos se despidieron de la pareja dejando suaves besos en la mejilla del castaño para después irse a descansar.

El cazatalentos se acercó sentándose al lado del castaño acariciando el cabello del bebé.

- Desde hoy es Natsu Arcobaleno, nuestro hijo – le dijo Reborn esbozando una ligera sonrisa ganándose una mirada sorprendida del otro

- ¿De verdad?

Reborn asintió dejando que Tsuna se dejará caer sobre su pecho, alzo una ceja al ver como las lágrimas comenzaban a correr por aquel bello rostro.

- Me alegra tanto que no esté con esa mujer – se mantuvo en silencio dejando salir pequeños sollozos – La vi hoy, me dijo que iba a volver – cerró los ojos con fuerza tratando de concentrarse en la calidez del mayor y de su bebé, sintió suaves caricias en su espalda que lograron calmaron casi de inmediato – No quiero volverla a ver, quiero que solo desaparezca pero me odia tanto por alejar a Giotto de ella, esa mujer es capaz de hacer todo y tengo miedo

- No dejaré que esa mujer se vuelva acercar a ti, no lo voy permitir. Te juro que voy a encontrar la manera de desaparecerla de nuestras vidas – le dijo Reborn tratando de contener su furia

Giotto le había hablado acerca de lo que había ocurrido con Nana en la azotea pero era diferente escucharlo de Tsuna y verlo tan frágil y asustado, él había crecido tanto y odiaba verlo de nuevo caer ante el miedo que siempre le impuso esa mujer despreciable.

- Gracias por siempre estar aquí Reborn – dijo Tsuna en un susurró – Gracias por recordar mi cumpleaños y darme el mejor regalo, una familia

El castaño cayó profundamente dormido entre los varazos del cazatalentos haciéndolo sonreír con ternura al ver que el pequeño Natsu se había quedado dormido acurrucado en el pecho de su mamma.

Reborn tomó en brazos a esos dos yendo a la habitación que compartía con el castaño dejándolo suavemente sobre la cama; ahora podía ver el parecido del pequeño Natsu con su castaño, el pequeño era la copia de Tsuna y estaba seguro que sería un gran chico cuando creciera, tenía esa misma aura cálida que el castaño mayor.

- Descansa – dijo Reborn dejando un beso en la frente de Tsuna para después recostarse al en la cama

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A partir de ese día el castaño se había sentido tan amado y querido, las cosas con los chicos mejoraba, no solo en la escuela sino también en su carrera musical. Ya habían comenzado a buscarlos para algunos eventos y grabar canciones.

Como Reborn lo prometió consiguió una casa mucho más grande y para el final del mes todos se estaban mudando ahí incluso la primera generación; Tsuna decidió renunciar al escuela para dedicarse a estar con sus pequeños y más con Natsu, trabajaba lo que más podía desde casa y por supuesto no había dejado su sueño de ser actor de lado, de hecho tenía algunas propuestas pero quería esperar a que su Natsu estuviera un poco más grande, por el momento aún no quería dejarlo con nadie más aún lo atormentaban las pesadillas en las noches y sentía que en cualquier momento Nana Sawada aparecería en la puerta de su casa como la loca que era y por supuesto que no podría en peligro a sus pequeños. Con el tiempo logró que los cuatro menores junto con Lambo entrara a un instituto, lo cual lo hizo muy feliz.

Reborn había hablado con Iemitsu acerca de su madre mostrándole las pruebas de todas las cosas que le había hecho a Tsuna, el rubio confrontó a la mujer furioso y después terminó en divorcio, poco después Nana fue llevada a prisión gracias a Reborn, Iemitsu y Giotto.

Tsuna aun recuerda como fue encontrarse con su padre de nuevo, al principio creyó que iba a ser algo incómodo pero fue todo lo contrario.

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Tsuna se encontraba fuera de la oficina de Iemitsu Sawada dando vueltas con Natsu en sus brazos, Giotto y Reborn solo lo veían, sabía que el chico estaba realmente nervioso. Nunca había conocido a su padre, Nana le había negado esa oportunidad y ahora estaba ahí a unos pasos de él.

- ¿Seguro que no me quitará a Natsu? – preguntó Tsuna viendo a su hermano

- No, papá no te lo quitará, le comenté lo mucho que te habías encariñado de él además de que ya estaba registrado como tu hijo. Él es feliz con tenerlo como nieto – le dijo Giotto esbozando una sonrisa para tratar de calmar a su hermano mayor

Las puertas se abrieron dejando ver a un hombre rubio, quien veía a Tsuna como si fuera un fantasma. Se acercó de manera lenta hasta colocar su mano sobre la mejilla del castaño.

- Es bueno ver que estás bien, lamento no haberme dado cuanta nunca de todas las atrocidades de esa mujer, si lo hubiera sabido antes las cosas serían diferentes – dijo Iemitsu con un tono cargado de tristeza

Reborn se acercó a su pareja para tomar al pequeño de sus brazos para que el castaño se pudiera mover libremente. En cuanto Natsu estuvo fuera de los brazos del castaño este fue envuelto por los brazos del mayor en un abrazo lleno de calidez y ternura.

Ese día padre e hijo lloraron por horas desahogando todo el dolor que yacía dentro de sus corazones.

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Desde ese momento las cosas habían mejorado con Iemitsu, quien se volvió un abuelo consentidor y no solo con Natsu sino con los demás incluso amaba consentir a los de la primera generación, el hombre era realmente dulce y amable, no podían entender como había terminado con aquella horrible mujer que solo había lastimado a los demás.

Tsuna se encontraba saliendo de su oficina, ese día había tenido una grabación con un grupo y realmente le había tomado tiempo, solo quería recostarse y dormir pero su pareja tenia otros planes ya que lo encontró en una situación algo intensa cuando entró a la habitación.

- Te amo Tsuna – le dijo Reborn dejando un suave beso en los labios del menor

- Te amo Reborn