Día de reclutamiento

1977 Words
Xavier cerró la puerta tras ellos con un clic suave, mirando a su alrededor antes de dirigirse hacia un pequeño rincón donde había una mesa con mapas y algunos documentos esparcidos. Sora se dejó caer en una silla cercana, agotada pero con una sensación de alivio al saber que, al menos por ahora, no estaría bajo el control de Rafael — Aquí estarás a salvo por el momento, Sora — dijo Xavier mientras se acercaba a ella con una mirada seria. Su tono era distinto, menos juguetón y más enfocado Sora asintió, pero el miedo seguía acechando su mente. Había logrado escapar, sí, pero el futuro aún era incierto. Rafael no se detendría tan fácilmente, y su destino seguía estando en manos de otras personas. Sus ojos se nublaron de ansiedad, pero logró mantenerse firme. — ¿Qué haremos ahora? — preguntó, su voz más tranquila ahora Xavier se sentó frente a ella, organizando los papeles en la mesa con rapidez. Luego, levantó la mirada, sus ojos verdes fijos en ella, como si estuviera evaluando cada palabra que iba a decir — Lo primero es que necesitarás estar fuera del radar de Rafael. Le prometí a tu hermano protegerte en todo momento, pero en un par de semanas debo volver a la academia militar, así que he pensado que tendrás que venir conmigo. Es el lugar más seguro para ti en este momento. Allí, mi padre tiene influencia, y el ejército del Rey es un territorio que no cualquiera puede atravesar. Si te mantienes cerca, estarás protegida por el poder de la familia real, por mi padre y por mí — Sora lo miró confundida, sin entender del todo — ¿La academia militar? Pero… No aceptan mujeres — dijo, su tono algo incrédulo. Aunque no había tenido la oportunidad de investigar mucho sobre el ejército, sabía que no se permitía la entrada de mujeres en sus filas, si descubrían a alguna intentando colarse, seguro que la encerrarían como una criminal Xavier asintió, con una expresión algo tensa — Exacto. El ejército del Rey no permite mujeres. Y eso es un problema. Pero ya he pensado en eso. Te disfrazarás como un hombre — Xavier sonrió como si tuviera la mejor de las ideas entre manos Sora lo miró, sus ojos muy abiertos, casi en shock. No pudo evitar reírse nerviosamente, sin saber si la idea era completamente absurda o si realmente podía funcionar — ¿Disfrazarme como un hombre? — repitió, con incredulidad en su voz — Creo que no soy precisamente masculina — se señalo a si misma resaltando lo obvio, su cuerpo era hermoso aún con la ropa de vagabundo que llevaba Xavier sonrió ligeramente, como si ya hubiera anticipado su reacción. Se levantó y comenzó a buscar entre sus pertenencias, sacando algo de ropa más ajustada y algo más masculina, aunque no lo suficiente como para ocultar completamente su feminidad — No te preocupes, Sora. Sé que no es ideal, pero yo te enseñaré a ser todo un hombre — levanto los brazos mostrando sus músculos con una sonrisa — Además, en ese lugar tendrás vigilancia constante, y es un lugar en el que nadie imaginaria que estarías escondida — Sora suspiró, asimilando la magnitud de lo que implicaba. Su vida no volvería a ser la misma, eso lo sabía con certeza. La idea de entrar a la academia militar como un hombre era surrealista, pero era su única oportunidad de sobrevivir, y no tenía otra opción. Miró a Xavier, quien no dejaba de darle su apoyo a través de su mirada y gestos tranquilos — Y si me descubre me matarán, ¿qué podría salir mal?... Está bien, lo haré. Si eso me mantiene lejos de Rafael — Xavier asintió, satisfecho con su respuesta, y se acercó a ella con una expresión más suave, casi reconociendo lo difícil que debía ser todo para ella — Sé que es arriesgado, pero no te dejaré sola. Lo prometo — Al día siguiente, Sora estaba lidiando con lo que probablemente sería el día más surrealista de su vida. Xavier se había tomado el trabajo de darle ropa de "hombre", y como todo un estratega ya había pensado en todo — ¿Por qué siempre tengo que usar tu ropa sucia? — preguntó Sora inspeccionando el conjunto que le entregó Xavier — ¡No pienso ponerme esto! — protestó Sora, sosteniendo una camisa que parecía haber sido usada durante una semana en el campo de entrenamiento — Es la única forma de cubrir tu aroma... deliciosamente femenino — respondió Xavier, con una sonrisa burlona mientras se cruzaba de brazos Sora lo miró con incredulidad — ¿Deliciosamente femenino? ¡Esto huele a... a sudor y guerra! — — Exactamente — dijo Xavier, dándose golpecitos en el pecho con orgullo — Mi masculino aroma de alfa hará maravillas. Vamos, ponte eso antes de que nos descubran — Sora lo miró con incredulidad — ¿De verdad puedes ser más egocéntrico? — — Oh, claro que puedo, pero no hay tiempo. Vístete rápido, primo Sloan — Finalmente, Sora accedió con un suspiro, poniéndose la ropa mientras lanzaba una mirada de advertencia a Xavier — Ni se te ocurra mirar — — Tranquila princesa… no podría mirar de ese modo a mi primo — dijo Xavier dándose la vuelta y cerrando los ojos mientras Sora se cambiaba de ropa — ¿Por qué tengo que ser tu primo? — preguntó Sora con curiosidad — Porque así lo pensaran dos veces antes de meterse contigo, ya sabes por miedo a enfrentarse a mí… — — Bien… espero que eso nos ayude “primo” — suspiró Sora sintiéndose pegajosa con la ropa que usaba ahora. Su cabello quedó cuidadosamente oculto bajo una gorra, y su nuevo nombre, Sloan, fue repetido varias veces por Xavier para asegurarse de que no respondiera a "Sora" por error — Recuerda, Sora ya no existe. Ahora eres Sloan. Un primo lejano muy extraño del que nunca he hablado con nadie — Xavier trató de enseñarle cómo hablar y comportarse como un hombre. Sin embargo, las "lecciones" consistían más en Xavier haciendo voces graves y exageradas mientras Sora trataba de no reírse — Di algo como: "¿Qué onda, hermano? ¿Todo bien?" — sugirió Xavier, imitando una pose despreocupada — ¿Qué onda, her...m? — intentó Sora, pero su voz tembló y terminó sonando demasiado educada — No, no, no. Más rudeza. ¡Eres un tipo duro, Sloan! Vamos, intenta de nuevo — Sora hizo su mejor esfuerzo, pero parecía más adorable que ruda… después de varios intentos fallidos Xavier se rindió — Es imposible, pareces una muñeca… si alguien te habla no contestes, diremos que tienes una congestión y por eso tu voz es tan extraña — la mirada de Xavier se ilumino con astucia mientras que Sora dudaba cada vez más de este plan Al final, el "entrenamiento" fue más un desastre que otra cosa, pero no tenían tiempo para perfeccionar los detalles. Xavier confiaba en que su recomendación facilitaría las cosas. Y si no, aún podían decir que Sloan solo era muy raro… Sora suspiro al pensar en lo desastroso que esto podía llegar a ser — Este plan va a matarme — se quejó pesadamente — No puedes morir, si tú mueres Oscar me mata y yo aun soy joven y no he conocido el amor… — Xavier hizo un gesto exagerado de tristeza — Eres ridículo — Sora rodo los ojos con una sonrisa leve, las bromas de Xavier eran un alivio entre tanto estrés que enfrentaba en ese momento — Mira quién lo dice — respondió Xavier señalando su postura extraña Cuando llegaron al lugar de registro para el examen de admisión, Sora sintió que cada mirada se dirigía hacia ella, no estaba segura de sí era paranoica o solo estaba demasiado ansiosa. Su mente estaba en un constante torbellino de inseguridades. ¿Estaba caminando correctamente? ¿Sus movimientos parecían demasiado delicados? — No camines como una princesa Sloan— murmuró Xavier, justo en su oído — ¡No estoy caminando como una princesa! — replicó ella, visiblemente nerviosa — ¿Seguro? Porque juraría que esos chicos de allá ya te están viendo como si quisieran proponerte matrimonio, Y no mires así a las personas o te golpearán — añadió Xavier, riendo entre dientes — ¡¿Qué quieres decir con eso?! — susurró, alarmada — Tranquila, solo es un chiste... o no — Xavier se encogió de hombros. Sora lo fulminó con la mirada, pero intentó relajarse. Esto apenas era el principio, y si no podía soportar esta situación, no sobreviviría a lo que estaba por venir Las cosas se complicaron más cuando una figura imponente y conocida apareció en el lugar, el príncipe Erick Barnetti. Su presencia era tan intimidante como su reputación, y las conversaciones se apagaron a su alrededor mientras caminaba con la misma seriedad de siempre Xavier se acercó a él con familiaridad, y Sora, o mejor dicho Sloan, no tuvo más opción que quedarse quieta. Erick saludó a Xavier con un leve asentimiento antes de dirigir una mirada a Sloan. Sus ojos oscuros parecían perforar cualquier defensa, y por un momento, Sora temió que pudiera ver a través de su disfraz. — Xavier. ¿Quién es tu acompañante? — Xavier puso un brazo alrededor de Sloan, quien intentó no sobresaltarse — Es mi primo lejano, Sloan. Apenas llegó a la capital. Pensé que esta era una buena oportunidad para que se una a la academia — — ¿Primo? — preguntó Erick, con una ceja levantada y un tono que dejaba claro que no se creía del todo la historia — Sí, primo — dijo Xavier con una sonrisa descarada — Un poco reservado, ya sabes. Por eso nunca lo mencioné antes — Erick inclinó ligeramente la cabeza, evaluando a Sloan detenidamente… algo en ese chico era inquietante. Xavier noto como Sloan se tensaba bajo la intensa mirada de Erick — Sloan, deberías ir a la mesa de registros ahora, yo esperaré aquí — Sloan asintió y se dirigió rápidamente al final de la fila para registrarse, al menos así no seguiría sintiendo la intensa aura del príncipe que era tan aplastante como intimidante — No sabía que tenías un primo lejano — comentó Erick — Ni yo hasta hace poco — bromeó Xavier — Es raro verte tan involucrado en esto, Xavier — — ¿Y qué hay de ti? No es común verte aquí, Erick. ¿Qué haces en un evento de reclutamiento? — preguntó Xavier, claramente buscando desviar la atención Erick se mantuvo en silencio por un momento antes de responder — Sentí a mi pareja destinada. Se que está aquí — Xavier parpadeó, sorprendido, pero pronto una sonrisa se formó en su rostro — ¡Eso es fantástico! ¡Por fin dejarás de ser tan aburrido! — bromeó Erick no reaccionó, aunque sus ojos revelaron un leve brillo de emoción contenida — ¿Y tú? — preguntó Erick, mirándolo con curiosidad — ¿Yo? Bueno... resulta que también sentí a mi pareja destinada hace poco — confesó Xavier, con un tono casual pero una sonrisa que lo delataba — Y déjame decirte que es alguien... peculiar — Erick arqueó una ceja, pero no comentó más. Ambos compartían un momento especial, sin saber que estaban hablando de la misma persona Mientras tanto, Sloan hacía todo lo posible por mantener la calma. Las instrucciones eran simples, pero cada interacción la hacía sentir que podría delatarse en cualquier momento. Aunque le costó mantener la compostura, logró completar el proceso de inscripción. Cuando regresó con Xavier, este le guiñó un ojo y murmuró — Bien hecho, primo. Ahora solo falta que sobrevivas al entrenamiento — Sloan suspiró. Si esto era solo el principio, sabía que lo que venía sería aún más difícil
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