Antes de subir al piso de mi departamento, reviso el correo, descubro que Julie me hizo el enorme favor de enviar mi correo a esta dirección, pero sospecho que no es precisamente porque sea amable conmigo, sino porque no quiere tener esto en casa. Ahi, no solo encuentro recibos de deudas por pagar, sino también algunas postales de mis viejos amigos. Algunos se encuentran en Ucrania y otros más en guinea ecuatorial y Kenia. Se supone que yo debería estar en alguno de esos países con ellos, no aquí. Suspiro mientras comienzo a caminar hasta el ascensor, entre las postales encuentro una tarjeta de un grupo de ayuda para militares con traumas postraumáticos, la tarjeta tiene la dirección y la hora de inicio de sesión del día. Me parece algo extraño recibir esto, pero al girar la tarjeta, me p