Adara. – Creo que es hora de regresar a casa, Sami. – esta resopla y nos incorporamos del césped donde estábamos acostadas viendo el cielo azul. – Tienes razón, debo ir a la academia de baile – se levanta de un salto y la sigo limpiando un poco mis pantalones. – ¿Eres la mejor? – elevo una ceja mirándola y ella se coloca en pose de “¿con quién crees que hablas?” – Obviamente que lo soy. – se peina el cabello con cierta arrogancia para después reír conmigo. – Me alegro por ti, entonces, te escribo o me escribes cuando salgas de la academia. – Lo haré. – nos despedimos con un beso en la mejilla y ambas vamos por caminos diferentes. Durante el camino no deja de rondarme que… desde hace unos días, (que tuve la conversación con Alex) efectivamente, los Williams, (a