—¿Aún no ha llegado, Eva? —pregunta Harper, mirando de un lado a otro en la sala.
—Parece que no, ella tuvo que salir con Arton, pero me pidió que te acompañara.
El rostro de Harper cambió, y al terminar de bajar las escaleras, tensó los labios.
—Eso quiere decir que nosotros dos solos … No creo que eso le agrade a mi esposo. Perdóname Julen, pero creo que será mejor no ir, lo último que quiero es que mi esposo se enoje.
—¿Por qué se enojaría? No estás haciendo nada de malo, solo es un concierto de piano.
—Bueno para empezar, a él no le agrada la música, y segundo; no creo que sea bien visto que una mujer casada salga con otro hombre que no sea su marido.
—¿Y qué hay de malo en eso? Oh ya sé ¿la sociedad? Temes que te juzguen, ¿verdad?
—Lo siento Julen, pero regresaré a mi habitac
