Avergonzada, le di la espalda y me metí a velocidad al baño. Esto había sido un terrible error, si Arton le contaba a Scott que me había visto al borde de las lágrimas, se enojaría más conmigo y no era lo que yo quería conseguir. —Creo que lo mejor será que me quede durante el resto de la fiesta aquí —me abracé a mi misma, sentándome en el suelo. Y así sucedió, para evitar alguna vergüenza a mi marido, me quedé en el baño, escuchando las risas de todos los demás afuera, incluso de la música que se daba. Hasta que me quedé dormida sentada en el frío y duro suelo. Pero algunas horas después, cuando abrí los ojos, no escuché ningún solo ruido, quizás todo se habían ido y yo me había quedado encerrada, de modo que salí y efectivamente la fiesta se había dado por finalizada. Únicamente es