1. Capítulo

1529 Words
Alexander había estado un poco ofuscado dentro del hotel en dónde se estaba quedando. A sus veintidós años, siendo una persona tan inteligente, ya había logrado conseguir terminar la universidad y ahora se encontraba trabajando junto a su padre en la compañía. Le gustaba el trabajo y también asistir a las juntas o reuniones, pero todo eso fin de cuentas un resultaba ser bastante cancino para él. Estaba allí, frente a la portátil encendida, terminando de hacer un pendiente que debía presentar en poco tiempo. En otras ocasiones había ido a la ciudad de California en para disfrutar de las vistas y todo lo que ofrecía la urbe, pero ahora solamente la razón por la que se encontraba en ese lugar giraba en torno al trabajo. Aunque ganas no le faltaban para escaparse un momento y poder liberarse del estrés que sentía. Aunque primero tendría que comunicarle a su padre sobre su salida. Había pedido al almuerzo a la habitación, platillos exóticos de los que solo un poco comió, debido a la inapetencia que estaba sintiendo por todo lo que tendría que hacer en ese momento. Había demasiado trabajo por hacer, y por eso no quería perder no solo segundo de tiempo el cual resulaba ser bastante valioso. Cuando estaba a poco de ahí comenzar a teclear en su portátil, entonces su teléfono comenzó a sonar a su par, sin parar. No podría creer que ella le estuviera llamando en ese momento incluso cuando le dijo que estaría ocupado y que lo que lo más sensato sería no recibir ningún tipo de llamada. Aún así, ella lo llamaba. Es que no sabía por qué su novia tenía que ser tan insistente. ¿Es que no sabía que habían muchas cosas por hacer? —Marie, espero que realmente tengas algo importante que decirme porque estoy muy ocupado haciendo el trabajo y lo sabes perfectamente. —Sólo te llamo porque extrañaba bastante tu voz y no ha sido mi intención molestar y créeme que no me olvido de el hecho de que estás ocupado haciendo muchas cosas en California. ¿Has descansado lo suficiente? Espero que sí. El hombre no quería ser grosero con ella, de manera que respiró profundamente llenándose de paciencia antes de darle una respuesta. Era eso lo que transmitir pero su voz no ayudó demasiado. —Bien, estoy bien y muy ocupado, Marie. —Vale, yo no te quito otro segundo más. Cómo va el curso de nuestra relación creo que muy pronto tendremos que finalizar con esto que no nos llevará a ningún lado. En fin, aunque sé que estás ocupado con el trabajo al parecer es algo más importante que yo —había dicho mientras colgaba la llamada y Alexander se quedó con el teléfono sobre la palma de su mano mirando la pantalla hasta apagarse. No podía creer lo infantil que ella estaba siendo. De verdad que no entendía lo importante que era para él estar involucrado en el trabajo. Así que no sería una mala idea terminar con ella que no le aportaba absolutamente nada a su vida y solo le traía problemas. De hecho Alexander todo ese tiempo había estado con ella y reflexionando un poco en las cosas, se daba cuenta de que no le hacía nada bien. Tenía que terminar con ella, pero estaba haciendo considerado y condescendiente y al permitir que fuera ella la persona que rompiera con la relación. Después de esa llamada, se quedó pensantivo, finalmente había cerrado la portátil y se dirigió al minibar que había en la habitación para servirse un vaso de vino, había allí whisky que lo bebió de un solo sorbo. Se tomó otros dos más y finalmente retomó sus actividades de ese día. Las cosas estaban marcando bien, el proyecto en el que su padre y el trabajaban sería todo un éxito, algo que se debía solamente a ellos dos, además significa consagrado que había trabajado meses siempre con su papá en la compañía, todo eso era necesario para poder lograr las cosas y un buen trabajo. Y todo ese tiempo su padre ya se había hecho un buen nombre ante la sociedad, quiened eran conscientes de que el señor Hamprich era muy importante. Ahora Alexander también quería tener una buena reputación y la imagen impecable por eso cuenta, ante el mundo. Él no quería que las demás personas pensaran que se estaba colgando de la relevancia que tenía su padre en el mundo, es por eso qué por su parte, quería labrarse un nombre bueno y digno de admiración. Para ella, todos los días estaba trabajando duro, y también estaba seguro de que lo iba a conseguir, ese joven de solo veintidós años quería ser un magnate, y su futuro auguraba muchas cosas buenas. Aunque no todo color rosa. Después de terminar algunas cosas decidió tomarse un descanso y continuar al siguiente día. Su padre esa noche lo invitó a visitar un bar cercano, pero decidió no ir, resultaba ser caótico vivir sin parar y luego tener que lidiar por la mañana con una resaca que le afectaría en lo laboral. —Eres un buen muchacho, está bien si lo quieres venir. Descansa bien, y mañana en la presentación te deseo lo mejor, hijo. —Gracias, padre. Dejó el teléfono sobre la mesita de noche y se acomodó sobre la almohada, había caído en un sueño profundo, que se terminó demasiado pronto, porque la mañana llegó. Ese día tenía que ser la presentación del proyecto no estaba seguro de que había hecho un buen trabajo, de todas maneras ser inevitable no sentir nervios. La ansiedad también estaba haciendo de las suyas y recorría su sistema de forma vertiginosa. Se arregló la corbata y se roció perfume, estaba listo. Aunque su corazón bombeaba un poco más rápido de lo habitual, estaba preparado para mostrar al mundo lo que tenía para dar, un potencial increíble con el que había sido bendecido, por el cual su padre también sentía un orgullo enorme. Luego de su increíble presentación, había sido aplaudido por los presentes, quiénes estaban boquiabiertos y orgullosos también al ver que el hijo de un importante arquitecto también seguía los mismos pasos y a su corta edad ya era increíble cómo se manejaba. —Muchas gracias a todos. —Es un gusto conocerte, sinceramente estoy sorprendido por la maravillosa presentación. No tengo nada negativo qué es decir o alguna objeción al respecto. Estoy seguro de que vas a llegar muy lejos, este es el principio de tu carrera como arquitecto —le dijo unos de los socios, halago que el muchacho había agradecido. —Así es, lo hizo muy bien, eh —apuntó el otro dándole palmadas leves en la espalda. Y su padre también hizo acto de presencia delante de los otros hombres para abrazar a su hijo y felicitarlo, sentía que no le cabía en el pecho orgullo enorme que sentía al verlo triunfar de la misma manera y por su cuenta, era talentoso y ahora estaba convencido más que nunca qué la compañía quedaría en buenas manos cuando llegara su turno de retirarse. Por el momento continuaría trabajando en conjunto con su hijo y sería una experiencia enriquecedora para los dos. —Tenemos que celebrar, porque hay demasiados restaurantes buenos, pero tengo uno que es mi favorito y me gustaría invitarlos a todos. ¿Que dicen? —expresó otro hombre. —¿Está cerca de la playa? —le preguntó Alexander. —Sí, justo queda muy cerca. ¿Quieres ir a caminar por la playa o... —Es que me gustaría aprovechar el buen clima qué hace. —Perfecto —dijo su padre. Y quedaron en ir a un restaurante. De camino al hotel, llamó a su madre. Era mediante una videollamada. Mirar otra vez su rostro letra alegría y no pudo evitar sentirse feliz, aunque solo habían pasado algunos días sin verlas, ya la extrañaba mucho. —Oh, dios míos, desde que supe de tu proyecto a solas, sabía que ibas a lograr algo grande y ahora que se llevará a cabo, me siento feliz y satisfecha por lo que estás logrando. Sabes que eres talentoso, te amo hijo. Vuelve a salvo, por favor. —Lo haré, mamá, te amo. Muchas gracias, todo esto es gracias a ti. —Te has esforzado bastante para llegar en dónde estás y sé que mucho te falta por recorrer. Pero lograrás llegar lejos. —Sin ti, no estuviera en ese lugar, muchas gracias por todo, nos vemos pronto. Cuidate. —Te envío besos. Después de escuchar la voz de su madre y se sintió mucho más victorioso. Y que todo ese tiempo había sido un Pilar fundamental para que lograra todo lo que se había propuesto en la vida. Sin ella, nada habría sido posible, y eso el muchacho siempre lo tenía en cuenta. Volvió al hotel, se cambió y se alistó para salir a comer a ese restaurante. Pasó un rato agradable allí, pero luego se disculpó con los presentes en la mesa, ya que quería recorrer un poco la playa. Extrañamente a solas, la tarde ya estaba cayendo y podía apreciar el cielo lleno de colores. California era increíble.
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