Capítulo XXVII Veinticinco Una duda se le planteaba repetidamente a Arthur en esos días y le causaba una gran inquietud: que quizá la voluntad del señor Pancks de obtener información sobre la familia Dorrit guardara alguna relación con los recelos que él había expresado a su madre al volver de su largo exilio. Qué sabía ya el señor Pancks de la familia Dorrit, qué más quería averiguar, y por qué éste pensaba tanto en ella, cuando ya tenía otras cosas en que pensar, eran incógnitas que a menudo lo confundían. El señor Pancks no era de esos hombres que invierten tiempo o esfuerzos en indagaciones que sólo obedecen a la curiosidad. A Clennam no le cabía duda de que tenía un objetivo concreto. Le preocupaba mucho que el señor Pancks, con su insistencia, consiguiera sacar a la luz las secreta