Capítulo 3.2

1822 Words
- Caeleb Phelps, un gusto volverlo a ver –dijo la Houston extendiendo su mano hacia el director de teatro, quien solo atinó a sonreír como un tonto ante la bella y segura mujer que tenía enfrente. - E-el gusto es mío –respondió Phelps algo nervioso y tomó la mano de Ann en un apretón que era el saludo que la periodista propuso entre ellos. A ella no le gustaba que los hombres se le acerquen para abrazarla o dejar besos en sus mejillas. - Gracias por la invitación, aunque creo que no soy bien recibida por muchos –mencionó Ann y miró directamente a cada uno de aquellos que la observaban con notoria incomodidad. - No esperarás que nos sintamos a gusto a tu lado. Este es un taller para ganar confianza entre nosotros, y tu presencia no nos va a permitir bajar la guardia y comportarnos como en verdad somos –soltó la actriz que interpretaría a Mamá Fresia, una especie de ama de llaves que ayuda a criar a la protagonista de la historia. - Ante esta situación, quiero pactar un acuerdo con ustedes: lo que suceda durante esta jornada de fin de semana, será un secreto para el mundo, ya que no revelaré nada de lo que pueda enterarme y sea periodísticamente interesante –todos se miraron entre ellos y miraron a Phelps, quien estaba perdido observando a Ann. - ¿Quién garantiza que cumplirás? –se escuchó decir a alguien del grupo. - Yo. ¿Acaso mi palabra no vale? ¿Alguna vez he cometido algún acto indigno que ponga en tela de juicio mi palabra y honor? –ante el cuestionamiento que planteara la periodista, todos aceptaron que tenía razón, que ella siempre había sido justa y honesta, además de correcta y buena profesional-. Creía que no tenían mucho que pensar –agregó Ann al ver que se demoraban. - Está bien. Vamos a creer en ti y espero que no nos defraudes –soltó la actriz que haría el papel de Rose Sommers, la tía de la protagonista. - Esta no será la primera vez que rompa mi récord de acuerdos cumplidos –comentó Ann con una sonrisa burlona y una pose de mujer empoderada que gustó a la mayoría, pero tuvieron que fingir que no fue así para no hacerle ver a la periodista que más les causaba admiración que fastidio. - Bueno, como ya hemos solucionado el pequeño impase, ¿les parece si nos acomodamos en nuestras habitaciones? Luego nos veremos al mediodía en el comedor para el almuerzo y a las 3 pm arrancamos con los talleres –concluyó Phelps para dispersar al grupo y poder quedarse a solas con Ann, pero, para su mala fortuna, Emma estaba detrás de su tía, esperándola, así que solo pidió a ambas que lo siguieran a la recepción para que firmen el registro de huéspedes y sean dirigidas a sus habitaciones. Ryusei sonreía al descubrir otro aspecto de Ann: era capaz de encontrar una solución que sea siempre favorable para ella. Ese porte gallardo lo tenía embobado, por lo que pudo reconocer que no era el único a quien la periodista traía arrastrándose por ella. La cara de hipnotizado de Phelps al mirar a la Houston era demasiado obvia, y por ello el actor se sintió intimidado, ya que consideró que el director de teatro tenía más posibilidades que él en lograr llamar la atención de Ann. Para que nadie notara la duda que empezaba a crecer en su interior, decidió perderse por las otras áreas del hotel mientras el grupo se registraba y caminaba hacia sus habitaciones. Ann prefirió ser atendida de última, cosa que agradeció Phelps porque pudo conversar un poco con ella mientras esperaba que sea su turno para registrarse. En el momento que le indicaron su habitación a la Houston, está notó que mientras el resto de participantes del taller estaban alojados entre el segundo y tercer piso del resort, las habitaciones de ella y su sobrina estaban en la primera planta, así como la de Phelps. Ann no pudo evitar mirar con sospecha y desagrado al director de teatro, pero este de inmediato se excusó al comunicarle que se alojaría en el primer piso del edificio porque había designado para ella el mejor espacio del resort: una cabaña completamente equipada. Ann no dejaba de mirar a Phelps con sospecha, y este podía sentir la desconfianza de la periodista recorriéndole el cuerpo. «No pienses mal, estimada Ann. Emma estará en la habitación contigua a la tuya dentro de la cabaña, y yo estaré en otra cabaña. No soy un depravado, y lo sabrías si aceptaras conocerme un poco más», comentó Phelps queriendo despertar en la periodista un sentimiento de comprensión o culpabilidad, pero la Houston sabía muy bien que él era uno de tantos que han manifestado su interés por ella, por lo que no bajó la guardia, así que solo dijo: «Gracias por la aclaración. Nos vemos en el comedor al mediodía», y cerró la puerta de su cabaña sin dejar que Phelps pudiera despedirse. La cabaña era muy espaciosa, acogedora y contaba con todas las comodidades, pero para Ann era un desperdicio de dinero, ya que ella solo la usaría para dormir, asearse y cambiar sus ropas. Ese espacio exclusivo contaba con su propia cocina y el servicio de un chef para que prepare los manjares que el huésped quisiera degustar, algo que no podía solicitar porque sería de muy mala educación que ella estuviera tomando los alimentos con un servicio de primera en su habitación mientras el resto del grupo estaba en el restaurante del resort, uno que no es de mala calidad, pero no se comparaba a la exclusividad de tener tu propio chef en la comodidad de tu habitación. Asimismo, la cabaña contaba con una vista hermosa al lago artificial que decoraba perfectamente el paisaje natural, así como una tina de hidromasaje desde la cual podías contemplar la belleza de la zona campestre. Cava de vinos temperada; refrigerador lleno de alimentos caros y exquisitos, como salmón, caviar, chocolates; una ducha española de ensueño en el baño, y un walk-in closet enorme completaba todo lo que esa cabaña tenía para que sus residentes pasen una agradable velada. Al tener Ann que responder unos correos y hacer unas llamadas a su equipo de producción en New York, Emma se presentó sola en el comedor. Cuando Phelps vio llegar a la joven White sin su famosa y bella tía, el director de teatro temió que Ann haya tenido que retirarse por algún inconveniente del trabajo, por lo que se acercó de inmediato a la joven actriz. Tras saludarla, tratando de aparentar tranquilidad, le preguntó por la Houston, a lo que Emma respondió que estaba ocupada resolviendo unos temas de trabajo, pero que en breve se unía al grupo para almorzar. Más tranquilo por la respuesta que le diera la sobrina de la periodista, Phelps la dirigió hacia un hombre alto, de buen vestir y mejor fisionomía, que a Emma se le antojó demasiado guapo, y reconoció cuando este levantó su rostro, el cual estaba oculto al tener la mirada fija en su celular. Era Ryusei Miura, quien sería su coprotagonista. - Estimado Ryusei, te presento a la Señorita Emma White, mi Eliza y tu coestrella –dijo Phelps mostrando una emocionada sonrisa porque al mirar a esos dos estaba complacido con su elección de actor y actriz para sus dos personajes principales. - Buenas tardes, Señorita Emma White, es un placer conocerla –saludó Ryusei haciendo una reverencia y ofreciéndole una sincera sonrisa que a la joven actriz le pareció muy bonita. - Igualmente, Señor Ryusei Miura. No necesito que el Señor Phelps me diga su nombre completo, ya que usted se ha tornado muy famoso en los últimos meses –la mención que hiciera Emma hizo que Ryusei riera algo apenado, lo que se notó en el matiz rosáceo que apareció en las mejillas del japonés. - Gracias al aprecio del público que ha valorado positivamente mi trabajo es que mi rostro y nombre son conocidos –soltó de inmediato Ryusei algo nervioso al reconocer que la joven enfrente de él era la misma con la que vio ingresar al resort a Ann Houston. - Pero eso se debe a su esfuerzo, buen trabajo y que es muy talentoso. Además, ha demostrado ser una buena persona al ser la imagen del programa de acogida para madres adolescentes sin recibir ningún beneficio económico. Eso es algo que muy pocos hacen –Ryusei agradeció las palabras de Emma con otra reverencia y sonrisa. Phelps solo miraba lo bien que se estaban llevando esos dos y pensó que entre ellos podría despertar algo más que la amistad durante los días de ensayos y puesta en escena de la obra. Los jóvenes continuaron conversando del proyecto que los reunía en New York y Phelps les adelantó algunos detalles de las dinámicas que desarrollarían ese fin de semana. Los tres reían cuando Ann Houston ingresó al comedor, por lo que sonrió al ver que su sobrina estaba departiendo con Ryusei Miura, a quien ella tenía catalogado como un muy buen actor, pero mejor persona aún. Por la crianza y manera de ser de Emma, esta no tenía ni una amiga en los Estados Unidos, ya que las únicas a quienes consideraba sus amigas eran aquellas jóvenes que conoció en la escuela desde los primeros años de la primaria, por ende, no solía salir a beber unos tragos, bailar o hacer alguna otra actividad propia de una chica de su edad. Ann pensaba que ya era tiempo de que su sobrina conociera a alguien interesante que se fijara en ella y viceversa; alguien con quien no solo pudiera pasar tiempo divirtiéndose, sino que fuera esa persona especial con quien pudiera buscar hacer una vida a futuro. Al ver a Ryusei, quien acababa de cumplir los treinta años, apenas cuatro más que su sobrina, pensó que sería perfecto que ese joven actor tan bien portado y que era todo un caballero pudiera poner sus ojos sobre Emma y empezar una relación más allá de la amistad con ella. Que estuvieran riendo, pasando un grato momento le hizo imaginarse emparentando con Los Miura de j***n, y teniendo que viajar hacia ese país para visitar a su sobrina cuando ya sea la esposa de Ryusei. La imaginación de Ann corría muy rápido, y es que ella no era solo periodista, también le gustaba escribir, por lo que en sus tiempos libres redactaba relatos cortos de historias de amor. Lo que necesitaba en su vida y no tenía, ella misma se lo entregaba en esas fantasías románticas, ya que desde que muriera su esposo, el corazón de Ann no quiso volver a latir con la misma intensidad que lo hiciera por él al considerar que ningún otro hombre estaba al nivel de su difunto compañero de vida.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD