Capítulo 4.3

1565 Words
A la par que deslumbraba a Ann con sus regalos, Arthur empezó a llenar de privilegios a Alfred en el trabajo. Al mes de haber iniciado formalmente la relación con la hija de este, el joven Clark ascendió al padre Houston, haciéndolo subgerente del supermercado, con un salario que era el doble del que tenía como jefe de la sección de carnes y congelados. Poco a poco Arthur se estaba ganando el aprecio y confianza de Alfred, y cuando estuvo seguro de que el padre de Ann no le negaría el permiso para sacar a pasear a su hija hasta entrada la madrugada, este pudo llevar a Ann a conocer el lado oscuro que tenía y estaba ocultando bien a todos en el poblado de Sisters. A la par de los nuevos negocios que se estuvieron gestando, Arthur estuvo también dedicándose a otros que David Jones se encargaría de manejar. Al contratar a una constructora de Portland para la edificación del resort y asegurarse de que su padre ni sus empleados de confianza se encarguen de algún tema del nuevo negocio, pudo mantener oculto a todos en el pueblo de Sisters la construcción de un night club a una hora del resort, en un camino alterno que habían adaptado hacia el pueblo de Tumalo. Esa noche que pidiera a Alfred el permiso para llevar a pasear a Ann y que llegarían pasada la medianoche, Arthur llevó a su joven novia a este recinto. La joven no conocía el camino por el cual su novio manejaba, pero no desconfió en ningún momento porque este ya se había ganado su confianza. A las afueras del recinto parecía que estaba vacío, pero tras pasar un corredor al cruzar la puerta de ingreso, se llegaba a un gran salón en donde las luces de neón y la fuerte música no fue lo que llamó la atención de la joven Ann. Por todos lados en ese recinto se podía ver gente drogándose; bebiendo alcohol como si fuera agua; otros más osados estaban sosteniendo relaciones sexuales enfrente de todos. Ese lugar era como una réplica de Sodoma y Gomorra en una pequeña escala, como si toda la perversión que había en esos dos pueblos, según los relatos que narra La Biblia, se hubiera concentrado en ese lugar perdido en la nada. - ¿Por qué me has traído aquí? –preguntó Ann muy nerviosa, con ganas de querer llorar. - Para que me conozcas mejor y sepas cómo será tu vida de ahora en adelante –el rostro de Arthur se había desfigurado en una mueca que a la joven Houston le pareció macabra. - ¿Qué piensas hacerme? –soltó muy asustada. - Nada. Tú estarás bien, así como tu familia si haces lo que yo te pida –Arthur tomó un mechón de cabello de Ann entre sus dedos y empezó a jugar con él. - ¿Qué quieres que haga? –la voz de la joven indicaba que en cualquier momento empezaría a llorar. - Que finjas que eres feliz conmigo, que yo te amo y que todo está bien entre los dos. - ¿Por qué? - Necesito cubrir quién soy, y eso lo haré con tu ayuda. En el internado que enviaron a Arthur, este sufrió de tocamientos indebidos y luego fue abusado sexualmente por uno de sus maestros. Al crecer lejos de su familia y tras todas las amenazas que el infame abusador le hacía sobre que iba a quedar como un vil mentiroso porque nadie le creería que el profesor de más años trabajando íntegramente en ese internado había podido tan siquiera tocarlo, el hijo de Peter y Madison Clark no pudo acudir a nadie que pudiera salvarlo de las garras de aquel depravado. Arthur creció odiando a ese hombre, a sus padres, a sí mismo y al mundo entero. Cuando dejó el colegio y entró a la universidad, conoció lo que la noche esconde en la oscuridad de sus horas, perdiéndose por algunos meses entre los excesos de las drogas, alcohol y sexo desenfrenado, pero David Jones lo rescataría de ese mundo cuando lo conoció, acto que haría que Arthur se enamorara de él al haber sido el único ser humano que en todo ese tiempo se había preocupado por él. Para recuperar la paz que Arthur perdió por todo lo que ese mal maestro le hizo, David concibió la idea de que el joven Clark necesitaba hacer justicia por sus propias manos, por lo que planearon atraer al maestro a una trampa. Ellos habían estudiado el comportamiento del mal educador y sabían que durante las vacaciones de verano gustaba alquilar un apartamento cerca del barrio rojo de la ciudad a donde iba para contratar los servicios de algún atractivo muchacho. David se haría pasar por uno de esos servidores sexuales y aceptaría pasar la temporada con el exmaestro de Arthur. La sorpresa que se llevó el depravado abusador de niños al ver a Arthur sobre la cama de la habitación del apartamento que rentaba en secreto cuando incursionaba en el barrio rojo fue tal que trastabilló y cayó de bruces. Al saber que algo malo le ocurriría, empezó a suplicar por su vida, pero ni Arthur ni David iban a escucharlo, mucho menos perdonarlo. Pasaron los días y nadie sabía qué le había ocurrido al maestro, ya que no lo habían visto llegar a su domicilio oficial ni acercarse al internado para iniciar la planificación del nuevo año escolar. Como nadie sabía de sus pecaminosas costumbres, no lo buscaron en ese apartamento en el barrio rojo hasta que se venció el pago del alquiler, un mes después. El dueño de la propiedad encontró el cuerpo descompuesto del maestro dentro de la bañera, completamente desangrado, con los dedos quebrados de ambas manos, la lengua cortada y los ojos colgando de sus órbitas. El haber sido cómplices de un asesinato que las autoridades no pudieron dar con el perpetrador, hizo que la relación de Arthur y David se intensificara, convirtiéndose en amantes. David supo mantener a Arthur controlado y que lograra culminar la universidad sin mayores inconvenientes, ya que era consciente que necesitaban que este aparentara ser una persona normal para no perder la cuantiosa fortuna de sus padres. Cuando llegó el momento de regresar a Sisters, Arthur llevó consigo a David, presentándolo a sus padres como su mejor amigo, uno que conoció en las aulas universitarias. Los planes de estos dos eran apoderarse de la fortuna de Los Clark para hacer lo que quisieran con ella, pero antes debían seguir aparentando que Arthur era el hijo perfecto, por lo que necesitaban que se casara para que así su padre le cediera su fortuna, luego se desharían de los progenitores en algún accidente que planearían. Ann fue la elegida para fingir ser la novia de Arthur por ser muy joven y provenir de una familia donde el principal sustento provenía del trabajo del padre en uno de los negocios de Los Clark. La falta de experiencia y la dependencia económica de su familia harían de ella un ser fácil de manipular por medio de amenazas. Además, su belleza haría pensar a cualquier que ese fue el motivo por el cual el heredero de Los Clark cayó rendido a sus pies, y al estar profundamente enamorado decidió hacerla su esposa, cubriendo así la verdad del hijo de Peter y Madison Clark. Tras escuchar de la propia boca de Arthur sobre sus preferencias sexuales, la relación que sostenía con David y que ella solo sería una pantalla para obtener la herencia de su padre, que luego la dejaría ir con una cuantiosa fortuna en su cuenta bancaria, Ann empezó a llorar y a gritar que no quería estar en ese lugar, que la llevara de regreso a casa. Este le pedía a la joven Houston que se calle, que deje de hacer escándalo, pero ella no podía dejar de llorar. Al perder la paciencia, Arthur le propinó un fuerte golpe en el estómago, para que le faltara el aire y así dejara de llorar. Ann, además de ser una presa fácil por lo ya mencionado, tras recibir ese golpe sumó un punto más por lo que sería una persona completamente manipulable por Arthur y David: había aprendido a tenerle miedo a su novio tras la ruda forma que tuvo para callarla. Esa noche, Ann regresó a casa notoriamente nerviosa. Su cuñado fue quien le abrió la puerta y percibió que la joven no estaba bien. Cuando Harold le preguntó si algo malo le había sucedido para lucir tan deplorable, ella alegó que solo se sentía cansada, que necesitaba dormir. Al insistir su cuñado y mencionar que si Arthur le había hecho algo impropio podía confiar en él para hacerla respetar, Ann negó con la cabeza y señaló enérgicamente que su novio no se había sobrepasado, que no se atreva a hablar mal de él porque es un buen hombre. Ann no podía permitir que Harold le reclamara algo a Arthur, ya que este conocía a gente de mal vivir y temió por su cuñado, a quien Alice necesitaba más que nunca porque ya estaba en el cuarto mes de gestación. Harold no volvería a tocar el tema, por lo que su esposa y suegros no se enterarían de lo nerviosa que lucía su hija cuando llegó de esa primera salida nocturna con su bien portado novio.
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