Capítulo 7.3

1634 Words
Emma estaba convencida de que Ryusei moría de amor por Ann porque en más de una oportunidad lo halló mirando embelesado a su tía durante el taller del fin de semana, y en la primera semana de ensayo tuvo dos oportunidades de conocer lo que la periodista motivaba en el actor japonés al acercarse a él a hurtadillas mientras estaba concentrado en su celular, con los audífonos puestos, y ver por encima de su hombro que estaba atento a los vídeos de un conocido sitio web donde salía la Houston. Pero eso no fue todo, Ryusei sonreía embobado ante la seria imagen de Ann por la pantalla y emitía leves suspiros que intentaba ocultar. «Si eso no es amor, entonces las novelas de Jane Austen están mal», se decía Emma cuando reflexionaba sobre el comportamiento de Ryusei al concluir que la manera de expresarse ante la idea de la existencia de su tía era porque estaba enamorado. Para que su plan resulte, Emma debía hacerse amiga de Ryusei, lo que sería aceptado gratamente por su tía Ann, ya que se había percatado que la Houston tenía la loca idea de que el actor japonés sería un buen compañero para su sobrina, algo que la joven actriz inglesa descartaba sin dudar, ya que Ryusei con ella no era tan encantador y divertido como lucía al compartir tiempo con la periodista. Sin embargo, utilizaría ese deseo de su tía para que él se acerque a ella y así terminar emparejándolos. Es por ello que lo invitó a cenar, y él aceptó no porque estuviera interesado en la amistad con Emma, sino porque quería ver a Ann más allá que por vídeos o la televisión. Esa no sería la única oportunidad en que Ryusei compartiría tiempo con Emma y Ann, ya que la inglesa invitaría al japonés frecuentemente a cenar o pasar el rato en la comodidad del apartamento en que sobrina y tía vivían en New York porque así evitaban a los paparazzi, aunque Ann podría ser calificada dentro del grupo de curiosos periodistas, pero la Houston no delataría a su sobrina. Sin embargo, Caeleb Phelps soltó algunos rumores entre la prensa sobre un posible entendimiento amoroso entre Emma y Ryusei, por lo que los periodistas estuvieron muy atentos a los movimientos de estos dos. Al acercarse la fecha del estreno, los ensayos empezaron a ser abiertos para la prensa, llegando a diario varios periodistas y fotógrafos interesados en descubrir la supuesta relación amorosa entre los protagonistas de la obra. Al ver que frecuentemente Ryusei llevaba en el auto que manejaba su agente a Emma al apartamento en que vivía con Ann y que no se retiraba pasada varias horas, los rumores de que entre los jóvenes actores había nacido el amor eran cada vez más fuertes. Ann no se preocupó por el rumor, le parecía que serviría para empujar a la joven pareja a que tome una decisión sobre sus sentimientos, con la intención de que inicien una relación formal, algo que la Houston aprobaba, así que no se preocupó en desmentir los rumores, pero tampoco pudo afirmar nada porque era testigo que entre esos dos aún no había nada claro. Cuando llegó el día del estreno, se habían vendido todas las localidades. Phelps, en un intento más por caerle bien a Ann, había separado el mejor de los asientos en primera fila para la periodista y tía de la protagonista, pero ella le pidió que quería ver por primera vez la obra sin tener gente a su alrededor, para disfrutarla sin ojos curiosos sobre su presencia, por lo que pidió que le permitiera subir a la zona de iluminación, donde los profesionales en esa área manejaban los reflectores según lo dispuesto en el guion. Phelps no le podía negar nada a la Houston, así que procedió a dar el permiso y llevarla él mismo para asegurarse que estuviera cómoda. Como la zona de iluminación se encontraba más lejos que las locaciones del escenario, Ann llevó unos binoculares que le permitían tener una mejor visión del espectáculo, algo que la complació cuando puso a prueba el accesorio. Al iniciar la obra, Ann sonreía por lo bella que lucía Emma con esa peluca oscura y los amplios y voluminosos vestidos de época que la producción ameritaba. En el momento que salió Ryusei, no lo reconoció, ya que la caracterización era tan buena y su actuación mejor que no lucía como el atractivo hombre que era, sino como un pobre asistente de cocina c***o que era explotado por pocas monedas con tal de llegar a otras tierras donde pudiera hacer realidad su sueño de dedicarse a brindar sus servicios como médico. La obra se desarrolló magníficamente, las actuaciones de ambos jóvenes eran grandiosas. La Houston ya se imaginaba las buenas críticas para ambos y sonreía ante ello. El final de la obra de teatro difiere al de la novela. Mientras que Isabel Allende acaba todo cuando Eliza descubre que el forajido que todos temían y lograron darle muerte era su amado Joaquín Andieta, sintiéndose libre de poder hacer su vida al lado de Tao Chi’en, esto último quedando figurativamente porque no se menciona que entre ellos empezara una relación, Phelps añadió una especie de epílogo donde se ve un año después a Eliza al lado de Tao Chi’en viviendo como pareja, recordando cómo se conocieron, lo que cada uno pasó por separado y luego en conjunto siendo amigos; como el amor despertó en cada uno y se hizo real cuando el fantasma del primer amor de la joven desapareció por completo. El cierre de ese rememorar el pasado era un beso entre aquellos que, siendo tan distintos, eran el uno para el otro. Ann estaba muy concentrada viendo la escena cuando el comentario que hiciera uno de los encargados de luces le llegó: «Son tan buenos actores que parece que de verdad son ellos los que están enamorados y no los personajes que interpretan». Antes de esa última escena, la Houston siempre estuvo muy feliz con la idea de que su sobrina estuviera conociendo a un hombre que era todo un caballero, el ideal para sostener una relación formal y exclusiva. La periodista siempre se mostró muy segura de apoyar por completo a Emma si un día llegaba con la noticia de que ya era la novia de Ryusei Miura, más porque al ser él japonés sabía muy bien que su familia podría poner algunos peros a la relación con su sobrina por el desconocimiento de esta sobre las costumbres y tradiciones de ese país, en lo que ella podía ayudarle al enseñarle, como lo hizo su suegra cuando se casó con Bryan. Sin embargo, el tenerlos a ambos enfrente de ella, uno tan cerca del otro, cerrando los ojos de a poco, con la firme intención de demostrar el amor que se tenían con un beso, fue algo que la periodista no pudo aguantar, sintiendo una fuerte angustia y decepción. Ella sabía muy bien que no eran Emma y Ryusei, sino Eliza y Tao Chi’en quienes se prodigaban amor y lo manifestaban a través de ese beso. Sin embargo, el vestuario y el maquillaje que usaban, así como el ambiente en el que se encontraban, rodeados de cientos de personas, no ayudaban a que Ann se sintiera mejor ante ese beso. «¿Qué me pasa? ¿Por qué me siento así al verlos besarse si ese gesto de amor no es real?», se preguntaba la periodista, pero por más vueltas que le daba al asunto, no encontraba una respuesta. Cuando un estallido de aplausos se escuchó en el teatro, Ann se percató que el telón había caído y que lo volvían a levantar para que el elenco junto al director aparezca ante el público para agradecerle por los aplausos, por haber asistido al estreno, por brindarles su apoyo y cariño al ser varios de ellos admiradores del trabajo de quienes llevaron dos meses ensayando diariamente para ofrecerles tan exquisito trabajo. Las flores llegaban para Emma y las otras féminas que actuaron esa noche. Ryusei era ovacionado por sus seguidores y alguien de su club de fans se acercó a entregarle un ramo de flores, acto imprevisto que él agradeció con una reverencia de 90° que duró varios segundos. Todo era alegría, pero Ann derramaba lágrimas de una profunda tristeza que bañaban sus mejillas y empezaban a mojar su ropa. «¿Por qué siento que me acaban de romper el corazón? Esto es peor que la decepción que sentí cuando Arthur me escupió en la cara que si yo formaba parte de su vida era solo para ocultarle al mundo su verdadero ser. ¿Por qué siento que me importa tanto que Ryusei le haya dado un beso a Emma? ¿Acaso son celos? ¡Eso es imposible! ¿Por qué sentiría celos de que bese a mi sobrina, si llevo meses pensando que sería hermoso que ellos sean más que amigos? Por favor, Dios, necesito encontrar la respuesta porque no creo poder mirar a los ojos a Ryusei sin antes ponerme a llorar, o tratar a Emma sin que se me note la tristeza», era lo que se cuestionaba Ann y a lo que trataba de encontrar una respuesta mientras intentaba dejar de llorar. Al final se retiró sola del teatro, y alegando que había recibido una llamada urgente de su equipo de investigación, se disculpó con Emma por no asistir a la fiesta por el estreno, ya que debía dirigirse al canal. Sin embargo, se dirigió al apartamento y estuvo encerrada en su alcoba, con las luces apagadas, alumbrada solo por la luminosidad que brotaba de la calle e ingresaba por su ventana, llorando y preguntándose una y otra vez por el motivo de esa profunda tristeza que le oprimía el alma.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD