Termino de desayunar ya que quede de ir con mis amigas para que me ayuden a comprar ropa nueva, para la despedida que iba ser, no me pongo vestidos, ni faldas y quiere algo que vaya con mi forma de ser de chica buena y mala.
Veo a mi hija, que terminó su desayuno antes que nosotros y le digo - ¿Vas a ir a comprar algo para la despedida?
—Si mamá, me puse de acuerdo ayer con mis amigas para que me ayuden a elegir la ropa adecuada, saben cómo soy con la ropa.
—Está bien, te voy a dar un poco de dinero, por si te falta.
—Gracias mamá.
—Princesa, aquí tienes más, para qué lo gastes en lo que tú quieras.
—Ya entendí tu mensaje papá y mejor me voy antes de que se pongan más las cosas de sucias.
—Gracias hija.
Salgo rápido de mi casa a tomar el autobús para ir al centro comercial voy pensando qué ropa va a haber, para estar cómoda, también por el viaje. Cuando me bajo del autobús ya estaban mis amigas esperándome para entrar todas juntas e ir a la parte en donde venden la ropa.
—Acompañamos a nuestra amiga a ver varias tiendas; cuando de repente volteo y veo en una tienda una Blusa como la anda buscando Cris, entre buena y mala, buscó a las demás para entre todas enseñársela a Cris.
Veo a mis amigas algo misteriosas cuando me voy acercando a ellas y les pregunto — ¿Qué tienen escondido chicas?
Tú soló cierra los ojos y cuenta hasta tres.
Una vez que empiezo, cuando los abro no puedo creer lo que estoy viendo, era una blusa con una muñeca, con cosas de buena, con un adorno en forma de corazón, en el medio, en el pelo tenía una diadema de estrellas, que combinaba bien con mi estilo, que me gustó tanto y les digo —Gracias chicas.
—De Nada, amiga.
—Ahora sólo falta el pantalón, nos fuimos a otra tienda donde encontramos uno, al entrar todas volteamos y nos encantó para todas.
Vimos que a nuestra amiga Cris le queda bien, era roto en una de las piernas, en la parte de la rodilla y las piedras tenían forma de estrellas y se lo llevó; vimos unos tenis, eran algo entre pop electrónico, y algo de rock, que iba súper bien con lo demás, también se compró una diadema que era de corazones y estrellas.
—Vamos por un helado, me quedé de ver con Robert.
Pero cuando llegamos a los helados ya estaba Robert en las nieves, esperando a Cris.
—Hola Robert.
—Hola chicas, les voy a robar a esta hermosa princesa y ahorita se las traigo.
—Que se diviertan mucho, espero que vayan a los juegos.
Robert y yo nos fuimos a jugar y mis amigas se fueron a dar una vuelta mientras que nosotros nos íbamos. Pero, al rato tengo que irme, para que no sospechara nada mi mamá.
Nos pasamos en los juegos mi chica y yo, nos fuimos a comprar un peluche grande de su animal preferido, que era un delfín. Ya que se tenían que ir a su casa y sus amigas también.
Escucho la puerta y sé que es mi hija y le gritó —¿¡Cómo te fue!?
—Bien mamá.
—¿Y ese peluche quien te lo compro?
—¡Ah! es que las chicas y yo nos encontramos a Robert y vio que andaba viendo el peluche de delfín y me lo compro como despedida; si no te parece se lo llevo a su casa.
—No hija está bien, es un detalle lindo.
—Bueno mamá, me voy a subir a mi cuarto a dejar las cosas y a descansar un rato, si me quedo dormida me despiertas, ya que este la comida ¿ok?
—¿No vas a salir hoy?
—Pues sí, Robert nos invitó a las chicas y a mí a ir al parque de diversiones y a cenar también, ya que les da hambre a las chicas.
—¿Te va a traer Robert otra vez a la casa?
—Sí mamá.
—Para decirle a tu papá que no se preocupe.
Al llegar a mi cuarto me quedé pensando en mi misma, ni sabe mi mamá que las chicas y yo nos vamos con nuestros novios al parque de diversiones y me quedé dormida.
Voy al cuarto de Cris para despertarla, abro la puerta y la veo en su cama, en su posición favorita cuando era niña, así que le digo en el oído —hija, ya es la hora de comer.
Me levanto y me voy a bañar para ponerme ropa cómoda para ir al parque de diversiones. Una vez lista bajo a comer.
Sus papás le dan dinero para que lo gaste en el parque de diversiones. Termino de comer.
Cuándo iba a tomar el autobús, veo el carro de Robert que me estaba esperando en la parada del camión, me sorprendió verlo ahí le digo —¿Qué haces aquí?
Sabía que me iba a preguntar eso, después de ver su cara de sorpresa al verme y le digo —Pues vine para irnos al parque.
—A ok, vamos.
Como siempre me abre la puerta del copiloto y después se sube él, para conducir, pero antes se ponen el cinturón de seguridad.
Al llegar al parque de diversiones, me doy cuenta de que están todos mis ex compañeros de la secundaria y los maestros, era una sorpresa que tenía Robert para mí.
— ¿Te gustó la sorpresa que te tenía?
—Sí, me encantó.
—Pues mañana tengo otra, pero, es la última.
—Ok ¿Quién quiere ir a los juegos más extremos? Todos nos fuimos, algunos mareados y con ganas de vomitar, pero Robert y yo antes de irnos tomamos una pastilla para el vómito y ninguno de los dos nos pusimos malos.
—Al ver a mis amigos así, los maestros ya se imaginaban que algunos se iban a vomitar, tenían sal de uvas en sus bolsas, igual que Cristina y yo.
Ya que todos nos sentimos mejor, nos fuimos a los carros chocones y todos nos fuimos al restaurante preferido de nuestra amiga, pues ya teníamos reservación y como fueron todo el ex grupo de los alumnos con los maestros.
Todos incluyendo mi chico y yo, comimos de todo, algunos postres, mientras que otros terminaban de cenar para seguir con sus postres.
—La penúltima sorpresa está en casa de tus papás.
—¿Y por qué en la casa de mis papás?
—Está bien, te voy a decir la verdad, tus papás ya saben que somos novios desde que estábamos en la secundaria.
—¿Cómo se enteraron?
—Fui yo quien les dijo, Robert fue a hablar con tus papás el otro día que te fuiste con las chicas a comprar la ropa para la despedida, no les agrado nada de que fuera tu novio, porque ya sabían que andaba en malos pasos, pues yo les dije que cambie por ti y deje de hacer todas esas cosas que yo hacía y me dijeron que lo aceptaban, pues saben que nos vamos a separar, porque se van a ir a México y, ¿qué piensas amor sobre eso?
No sé cuántas veces me ha dicho amor, pues ya perdió la cuenta de las veces que lo escucho de él, —Pues no me agrado que le dijeras a mis papás, pero por otra parte nos quedan pocos días juntos, así que no estoy enojada contigo por lo que hiciste.
—¿Qué pasó Cris?
—Pues, sus papás ya saben que Cristina y yo somos novios.
—¿Y cómo se enteraron Robert?
—Calma chicos, los Señores Gómez no están enojados, lo aceptaron bien, saben que Cristina y yo nos vamos a despedir cuando se vayan a México.
—Hablando de eso, ¿ya hablaron con tus papás que andas con Cristina? Pues se los dije también, delante de los Señores Gómez no reaccionaron bien y por poquito no me dejaban venir, pero hablaron con los míos diciéndole que vamos a terminar el día que se vayan.
Todos se quedaron callados, pues Cris y Robert se fueron, a la casa de ella, porque se iban a ir de adentro con todos los amigos de sus papás. Al llegar, la mamá de Cristina le compro unas mallas que eran como las que quería y el blusón de sus sueños, que quería tener y las botas pues todo eso era caro y su mamá le dijo, — Hija todo esto es de parte de tu novio, papá y yo.
—¿Y cómo le hizo Robert mamá?
—Pues, no sabías que tu novio trabaja en sus vacaciones y en verano diario, bueno te dejo para que te cambies.
—Ya que estoy lista; mis papás se fueron en su carro mientras que yo en el de Robert.
Al llegar ya estaban todos, esperando que llegáramos.
Cuando entramos, nos llevamos una sorpresa, pues estaba una pantalla con mis fotos de la primera vez en la secundaria y con mi novio y en una foto estoy haciendo que Robert tire todo lo que tenía en los pantalones, que estaba haciéndole daño, delante de todos
—Esa fue la primera vez que le pedí a Cristina que fuera mi novia, me dijo que si, con la condición de que cambiara mi forma de ser.
Toda la gente se estaba riendo, por como hice que Robert cambiara y fuera el mismo.
Cris y yo bailamos todas las canciones que más le gustaban, nos desvelamos hasta que se terminó la despedida, nos fuimos todos a nuestras casas, ya solo en dos días se van.
Me despierto hasta las diez y me voy a bañar, para ir la pista de hielo ya que Robert pagó la entrada para estar en una zona VIP, termino de cambiarme y me voy a desayunar.
—Hija ve a lavarte los dientes, porque ya no tarda en llegar —Y se escucha el timbre.
— seguro es Robert, no tardo nada mamá.
Voy y le abro la puerta y le digo —Ahorita baja Cris, se está lavando los dientes.
—Gracias Señora.
—Pasa y espérala en la sala.
—Ya voy bajando mamá.
Pues bajo en un rato y veo que Robert estaba sentado en la sala de mi casa.
—Ya estoy lista, — dijo Cris.
Le abre la puerta del coche y él se sube al lado que le corresponde, al llegar a la pista de hielo se bajan del auto de Robert; dan el nombre de ambos, y los pasan a la zona VIP, le dan los patines para la pista, Robert ya tenía puesto los suyos, pero Cristina estaba teniendo problemas en ponerse los patines.
—¿Me ayudas? Nunca me he puesto unos y a parte no sé patinar.
—¿De veras?
—Si.
—Bueno, yo te enseño ¿Si?
Se pasaron toda la mañana patinando, ya que, a las dos de la tarde, Robert la llevó a un restaurante nuevo que ya lo habían terminado y ya estaba abierto para dar servicio a la gente, a Robert y Cristina les gusto la comida, ya que terminaron de comer.
Vamos de regreso a casa, mientras que escuchamos la canción que le gusta a Cris, que es Still Believe in Love; a Robert le gustó mucho.
Robert dejó a Cristina en su casa y él se fue, para ayudarle a su papá con algunos deberes de la casa.
—Ceno y me voy a dormir porque mañana mis amigas me organizaron una despedida, pues, como saben que va ser el último día que nos veamos. Me duermo temprano.
Se despierta, se mete a bañar y desayuna para irse con sus amigas. Al llegar, le dan una cartulina con fotos de ellas, de la secundaria y con Robert también.
Al llegar a su casa, su mamá ve que tiene cosas que le dieron las chicas, se sube rápido y se encierra en su cuarto para llorar, y se queda dormía toda la noche; pasó todo el día con sus amigas, hablando cosas de la secundaria y de la primaria.
—Hasta que su mamá le dice que se levante, que llegó el día de irse a la despedía.