—No paro de escuchar el disco que me ha regalado mi segundo amor y las canciones que más me gustaba las repetía dos veces cada canción.
—Pon ya otro disco hija.
—Está bien, sólo déjame escoger cual disco. Una vez que tenía el disco, se lo doy a papá.
—Gracias hija.
—Antes de que lo quites, primero voy a ver el vídeo que Robert grabó.
—Pongo el vídeo y todos vemos como le decía Robert que cuanto la iba extrañar, pues era el primer amor verdadero, pero el de mi hija no es su primer amor.
—Yo me quedé callada para escuchar las palabras que decía:
Tú me cambiaste, pues yo nunca tomaba en serio a las personas, me encantaba jugar con los sentimientos de las demás chicas, pero, cuando te conocí decidí cambiar por ti, te agradezco por todo con dos canciones de río Roma: “al fin te encontré” y la otra “tú me cambiaste la vida” y te las voy a cantar con una guitarra. Empezó a cantar.
Mi adolescente hija lloró con la primera canción, hasta mi marido también escucho como Robert cantaba, pensamos que el chico va estudiar música.
—Yo no paré de llorar con las dos canciones, hasta que vuelvo a escuchar su voz otra vez:
Sé que ahorita que canté estas llorando, como yo cuando lo grabé, pero, nunca olvides que fui tu primer amor verdadero, adiós. No te digo hasta siempre y nunca porque sé que el destino nos hará juntarnos otra vez, mejor es decir hasta luego amor.
—Al ver que ya había terminado el disco, pone el otro disco y le da el otro disco para que lo guarde.
—Ya te toca manejar cielo.
—Ya tenía tres horas manejando y nos paramos para comprar algo de comer y bebidas energéticas, para aguantar en el viaje, que nos quedaba como un día y tres horas para llegar a nuestro destino.
—Yo estaba leyendo la saga de Harry Potter, pues era parte de mi infancia, aunque no he visto las dos últimas películas, prefería leer los libros, ya que tengo mucha imaginación y concentración para leer.
—Hija, si quieres apago la música.
—No, está bien así, además ya me faltan quince capítulos para acabar de leer y voy a terminar, en dos horas para poder conducir.
—Acuérdate que quedamos que cada tres horas y un descanso de quince minutos y la idea fue de ti princesa y es una idea increíble.
Termino de leer el libro justo para descansar y para comprar más bebidas energéticas, ya que me había tomado cuatro de diez bebidas energéticas.
—Compramos más bebidas, porque la princesa casi se las termina.
—¿Por qué no se van a la parte de atrás a dormir las tres horas?, yo los despierto cuando ya se termine las tres horas.
—Si hija.
—Mis papás tienen confianza en mí, no quería que me vieran llorar, pues voy a extrañar mucho a Robert. Mis papás se quedaron en media hora dormidos y me la paso en todo el trayecto llorando.
—Ya llegamos, mis papás. Se despertaron.
—Nosotros vemos que nuestra hija estaciona el carro bien, la felicitamos. Hija, en México no puedes conducir hasta que tengas dieciocho años, pero el carro es tuyo.
—Yo no comprendía como mi papá me dio un BWV, lo compro para viajar y tuvo que cambiar de carro.
—Y el carro es tuyo voy a comprar otro.
—¿veras papá? ¿es mío el carro?
—Sí, tu papá quería saber si manejabas bien, está a tu nombre el carro hija.
Abrazo a mi papá por mi regalo.
—Nos subimos para continuar con el viaje en familia, mi princesa se quedó dormida, pero, antes sacó el disco de la banda, pues en todo el trayecto no ha parado de escuchar a la banda.
Hablamos mi marido y yo bajo, para que Cris no vaya a escuchar nada, pues no sabe que su abuela, la mamá de su papá estaba grave en el hospital.
Mientras que yo pensaba cómo le íbamos a decir a mi princesa lo sucedido.
Veo a mi amor pensativo, hasta que le digo —¿Por qué no se lo dices cuando vaya manejando?, te vas con ella y le dices porque nos fuimos.
—Está bien.
Me estaciono y nos bajamos, vamos a comprar medicamentos por si se sentía alguien mal, ya que tenemos todo, me subo yo.
Yo me voy a sentar en la parte de atrás, mi princesa se sorprende al verme sentado ahí.
—¿Sabes la razón por la que nos tuvimos que ir?
—No papá, pero quiero saber.
—Se trata de tu abuela.
Me quedé pensando un rato y supe de qué se trataba —papá, ¿no me digas que está grave?
Al ver que no dijo nada le respondo yo.
—Si hija
Me puse como histérica, porque no me lo dijeron.
—La abrazó fuerte para que llore, duró como media hora y se quedó dormida en todo el camino.
—Me despierto y voy al baño a lavarme la cara, me subo al carro, era mi turno de manejar. Me tomo una bebida energética, mi papá vio que me estaba tomando tres bebidas energéticas y fueron a comprar otras diez.
—Hija, ¿si puedes manejar?
—Solo confíen en mí.
—Está bien hija.
Pongo música pop en español e inglés, me encanta escuchar y todo el trayecto no me distraje en ningún momento, al llegar me bajo rápido. Estiro mi cuerpo.
—Princesa, ahora si me quedo callado, supiste manejar bien la situación.
—Yo me quedo dormida, que ni cuenta cuando fue del descanso de quince minutos.
—Cielo ni se te ocurra despertarla, al rato se va a levantar.
—Ok amor.
—Me despierta faltando como una hora de que terminara mi mamá, me dormí como cinco horas con treinta minutos.
—Hija primero ve al baño, te acomodas tu cabello y te lavas la cara.
—Ok mamá, al cabo ya va ser mi último turno, ya nos faltaba poco para llegar a México, ya le faltaba poco para entrar a Guadalajara y tendrá que conducir mi papá.
—Cuando llegamos ya nos estaban esperando todos y nos ayudaron a bajar nuestras maletas.
—Mi papá compró una casa al otro lado de donde viven mis abuelos y tengo que esperar hasta mañana para ir a ver a mi abuelita, tenemos que dormir bien.
—Princesa, ve a tu cuarto a dormir, vas a encontrar todas tus cosas ahí.
—¿Incluyendo mis dos cachorritos?
—Si hija
—A ok, buenas noches.
—Que descanses princesa.
En cuanto entro a mi cuarto me quedó dormida en mi cama toda la noche y me levanto temprano como a las seis y mis papás también se levantaron, veo una puerta y la abro, veo que tengo mi propio baño. Me cambio súper rápido y bajo a desayunar.
—Tenía listo el desayuno y como tengo dos personas desesperadas por ir al hospital, saben que no los voy a dejar ir hasta que coman algo.
—Hola, ¿cómo amaneció la princesa?
—Bien papá y ¿ustedes?
—Igual, pero vamos a desayunar y nos vamos para el hospital.
Me apuro para terminar, igual papá, para ir a ver a mi abuelita.
Una vez que llegamos, dejó que la princesa entre primero a verla.
—Abro la puerta con cuidado sin despertarla, por si está dormida.
—Sé que eres tu Cris, ven acércate.
Me acerco y le doy un beso.
—No sabes cuánto te extrañe abuela.
—Estoy contenta de verte mi niña hermosa, voy a estar bien.
—Ok abuela.
—¿Puedes decirle a tu papá que pase?
—Claro que sí.
—Salgo del cuarto, pero no me engaña, sé que está grave. Voy llorando donde están mis papás.
—No me gusta ver a la princesa triste, la dejó con su mamá, ya que me dijo que podía entrar yo a verla, aunque sea por última vez.
—Hijo, ven.
—Voy mamá.
—Escucha bien lo que te voy a decir, nunca te separas de tu familia y estén siempre unidos, pero no escuches lo que te digan tus hermanos, tienes que pensar en tu familia primero.
Y me voy de su cuarto para ya irnos a la casa con mi familia, mi mamá se tenía que quedar para recuperarse.
Me voy a acostar a mi cama. Después de cenar estaba dormida cuando escucho el teléfono en la madrugada, nos levantamos todos y era como las cinco. Contestó mi papá.
Al contestar me dijo mi hermano que mi mamá había muerto.
—Veo la cara de papá y supe que ya no iba estar mi abuelita con nosotros, me voy corriendo hacia el patio para llorar.
Mi hija se fue corriendo y entendí lo que sucedía, abrazo a mi marido y le digo:
—La princesa está en el patio llorando, ¿por qué no vas con ella?
—Pobre de la princesa, apenas llegamos y ahora está sufriendo.
Voy con ella antes de que se ponga a patinar, mañana la vamos a enterrar y sé cómo es Cris.
—Estoy en el patio recordando cuando me fui a vivir terminando tercero de primaria a los Ángeles, pero no perdí contacto con mis amigas.
—Hija sé cómo te sientes en estos momentos, yo también estoy igual o peor.
—Lo sé papá, parece que alguien timbra
—Son tus tíos, los que vienen para estar todos juntos.
—Ve papá, voy a mandar un mensaje a mis amigas para decirles.
Paso unas cuantas horas para que nos dieran el cuerpo de mi mamá, pero al fin estamos en su funeral con familia, amigos y conocidos.
—Mi hija recibió abrazos de sus amigas, que vinieron a estar con ella, después de tanto tiempo que no se veían.
—La misa de mi abuelita fue triste, pero en el entierro me tuvo que abrazar fuerte mi papá, ya que no podían mis amigas.
—Ya ha pasado una semana de la muerte de mi suegra, casi nadie visita al abuelo, solo nosotros y dos cuñados con su familia.
Pero mis tíos llamaban a la casa del abuelo preguntando cómo seguía y saben que yo estoy, ya que no quiero salir a ningún lado, ni con mis primos y amigas.
—Una de mis sobrinas entiende perfectamente bien, le hacía compañía a mi princesa.
—No lo podía creer, que nadie visite a mi abuelo ni mis tíos, solo mi prima que ha sufrido tanto, visitamos más al abuelito.
—Mi hija ya solo le faltaba dos semanas para estar con su abuelito ya que va entrar a la prepa y su prima le tenía envidia, porque siempre hemos sido los más cariñoso con él, por eso siempre se pelean mucho.
—Siempre recuerdo lo que me dijo mi abuelita, que tenía que cuidar de mi abuelo. Pasará lo que pasara, cuando ella ya no estuviera pues era la que tenía a la familia reunida.
Mi papá me dijo que cuando saliera de la prepa, podíamos venir a su casa para no sentirse tan solo.
El abuelo nos dio dinero a cada una de las dos, por haber estado con él.
–Y mis dos nietas se volvieron tan unidas y cada una se va a su casa por eso no estoy tan triste, porque ellas son mi luz como su abuela
Estamos esperando a Cris a que llegue de la casa de su abuelo para poder cenar como cada noche.
–Casi no veo a la princesa en todo el día, hasta en la noche está con mi papá, sé que es una de sus más favoritas de la familia.
Mañana por fin entro a la prepa. Estoy casi llegando cuando veo que mi papá está afuera esperándome a que entrara, sabía que iba estar como lo hace cada noche.
—Veo que vienen los dos juntos, a la casa hija, acuérdate que mañana empieza tu primer día.
—Lo sé mamá por eso terminó de cenar y me voy a dormir temprano.
—Yo lo dudo.
—¿Por qué?
—Al rato que termines te digo.
—Ok, está bien.
—En cuanto me sirvió mi mamá me pongo a cenar y terminó rápido para saber qué es lo que me tiene que decir.
—Princesa ya tienes para estar con tus amigas en el chat, tenemos internet.