Como era de esperar la casa estaba llena de malas personas, pero, no estaba ahí por ellos. Moly se había cambiado de vestido, optó por uno n***o largo con escote y sin mangas. Lucía en su hermoso cuello el diamante y en su dedo anular izquierdo el anillo don la misma piedra. Una bella sonrisa asomó en sus tiernos labios, hasta que tres hombres taparon mi vista para acercarse a mí. Ella bajó la mirada y se acercó con ellos algo preocupada. —Cillian me reconoce y se asusta, pero trata de mantener la compostura. —Buenas noches. Salude educadamente a los tres que me miraban de forma intimidante, payasos. —Buenas noches, ¿usted es? —Ahora su padre finge amnesia. Los dos hombres que lo acompañan me miran de arriba abajo como si fuera el más insignificante de los insectos. —Lux Morgernstern