Dos semas después ya estaban preparando la cena para mi cumpleaños. La servidumbre iba de aquí para allá tranquilamente ultimando los detalles del salón y la cena. Lo que iba a ser una pequeña cena termino siendo una grande. Mi padre decía que tenía una sorpresa para mi y que tenía que esperar hasta después de cortar el pastel para decirme de que se trataba. La seguridad había aumentado en extremo y casi no salíamos de casa. —Papá, va a venir un invitado. Te ruego te comportes y los tíos también. Es alguien importante.— No le gustan las sorpresas, mucho menos que le avise cosas sobre la hora. —¿Importante? ¿Un nuevo amigo?— Por mas que quiera disimularlo, sus gestos en la cara me dicen que esta molesto, mas aun sabiendo que es un hombre. —Algo así. Se los voy a presentar a la familia