—Tienes mi bendición, pero aún no están casados. —Dice. Un anillo de bodas del mismo oro blanco y diamantes del mismo color que el de mi mujer se teje en mi dedo, todos lo ven. —Ahora lo estamos. Cap 14 —Su hija y yo no necesitamos casarnos. Ella es mi todo y yo soy su hombre. Hoy ella ha aceptado en su corazón ser mía y yo le puse un anillo en su dedo, símbolo de nuestra unión para toda la eternidad. No se ven conformes, sus tíos hacen silencio y esta vez no es por mí. —¿Hija estás de acuerdo con eso? Por un momento me sentí victorioso pero al ver la cara del padre de mi mujer, por un pequeño instante me sentí mal. Es lo único bueno que tiene en su vida y yo acabo de arrebatarle eso. Después de meditarlo ella le respondió a su padre. —Papi, si estoy de acuerdo. Estoy enamorada