Giulia despertó con una jaqueca increíble, y para su sorpresa, se hallaba en su propia cama, como si nada hubiera ocurrido la noche anterior. La luz del día le molestaba en los ojos, fue allí cuando se dio cuenta de que la mujer encargada de su atención estaba levantándola para ir a la secundaria, pues no podía olvidar que era viernes todavía. Quiso morir en ese instante, pues sentía que su cuerpo era muy pesado y sus extremidades no colaboraban, sumándole a eso que sentía unas náuseas fuertes y un malestar general en todo el cuerpo. Nadia la miró desde su lugar con cierto aire de desaprobación, y es que tenía razón en hacerlo, ya que le había advertido que por favor cuidara de sí misma, al igual que su amiga, quien prometió hacerlo, pero terminó llamándola en medio de la noche para que