A Boris le temblaba el pulso mientras preparaba las bebidas en el club nocturno, y es que de verdad estaba muy cansado, tanto, que su mundo giraba, dando vueltas como si se tratara de un terremoto que solo él experimentara. Tenía náuseas, pero eso lo comprendía porque había cenado demasiado rápido y vuelto a la isla de tragos en menos de diez minutos, dando margen a que pudiera sentirse mal de alguna manera, y aunque no quería dar muestras de su malestar, tampoco podía darse el lujo de gritarlo a todo pulmón, ya que los demás trabajadores igualmente podrían culparlo de algún descuido, por tonto que fuera, y eso sería un despido seguro, sobre todo esa noche que tenían lady's night, siendo que las mujeres tenían tragos gratis. Al servir el vodka para uno de los tragos finales de la noche,