Giulia estaba adolorida en su cama debido a los cólicos menstruales, y es que a ella siempre le habían tomado por sorpresa los periodos, ya que era irregular, y de paso los dolores que sentía no eran muy normales que se diga, por eso necesitaba medicación y muchas cosas calientes para no entrar en desesperación.
Comía chocolate como loca, y esto hacía que algún que otro grano le saliera en la cara luego de ingerirlo, pero no se arrepentía en su momento, ya que la hacía sentir bien el solo tener ese sabor en su paladar.
A pesar de que sabía que esto le hacía daño, no le importaba demasiado, pues solo quería hacer de su sufrimiento uno menor.
También le dolía la cabeza, estaba harta por tener que sufrir por esas cosas, ya que en serio le molestaba tener que estar en cama, y todo porque mo
