Capítulo 4

1935 Words
Y sonríes, sonríes al darte cuenta que todo obra para bien, el amor puede tergiversarse, puede incluir dolor y sufrimiento, pero cuando es amor verdadero perdura en el tiempo, la distancia y las circunstancias. Me enamoré del hombre que me convirtió en "la prostituta" y no me arrepiento de ello, todos merecemos segundas oportunidades, y Alex no es la excepción... Y Álex, descansaba plácidamente junto a mi. Lo sentí tomarme fuerte de la cintura, y susurrar cosas inaudibles, sólo sé que justo en este momento veía a un niño a un niño que tuvo sus sueños destrozados, y lo convirtieron en un monstruo, sin sentimientos y llegue yo, y su vida cambió, todo tiene un propósito, y el mío fue cambiar el rumbo y el destino de una persona que solo hacia daño. -. ¿Qué haces despierta? -Preguntó un Alex adormilado. - Pensando, en ti. ¿Y tú? - Pensando en la familia que seremos, Miranda y Sabrina mis dos tesoros más preciados y amados. -. ¿Por siempre? - Por siempre.- concluyó dándome un beso y acariciando mi cabello. -. ¿Repetimos? - dije pícaramente subiéndome encima de él. - Eso no se pregunta mi reina - Me atrajo más hacia el, y rompió mi ropa interior salvajemente, me daba nalgadas y me sentía como una diosa poderosa frotaba mi parte baja con su enorme erección, yo simplemente le pertenecía en cuerpo y alma, y le deseaba, su cuerpo perfectamente trabajado me hacía delirar era un adonis bajado del cielo, mis fluidos eran abundantes, y el de un momento a otro me tumbo en la cama a un lado de el y besó cada parte de mi cuerpo me daba suaves lamidas y con sus dedos me penetraba llegó a meter hasta tres dedos dejándome casi sin aliento, besó mi ombligo y beso cada uno de mis labios e introduciendo su lengua en mi, y tocaba mi centro lo frotaba duramente, me sentía desfallecer en el cielo, y él no paraba, a su vez subía su mano hasta mi seno y lo palpaba, mi cuerpo se estremecía ante sus caricias, y cuando estaba a punto de llegar, el me embistió duramente, y tuve grandes espasmos múltiples, mi mundo decayó y el seguía como jamás lo había hecho, le aruñaba la espalda, y toqueteaba su trasero, sudando y diciendo lo mucho que le amo me dice "mi diosa, eres todo para mi" y fue todo para que mi mundo otra vez se estremeciera vi la gloria... él me llenó por completo, caímos exhaustos ambos y me dio un beso en la frente, me abrazó y en su pecho me recosté que era el lugar donde me sentía la persona más feliz del mundo. Álex sonreía ante la ecografía que sostenía en sus manos, estaba embarazada, y éramos felices, a pesar de las adversidades nuestro amor perduró, porque era amor verdadero, no sabíamos el sexo del bebé aún, y debatíamos en cual nombre tendría. La pequeña Sabrina había venido a vivir junto a nosotros, era una niña tímida y callada, realmente adorable. Alex cumplió su condena y pudo salir ilícito de la cárcel, mis padres nos apoyaban y lo mejor de todo, nos amábamos. - Sabes que eres la mujer de mi vida, ¿verdad? - preguntó con ojos de adoración - No, no lo sé.- dije escondiendo una sonrisa - Mmm, déjame demostrartelo - dijo tumbandome a la cama y repartiendo besos en mi cara.-¿Lo comprendes ahora? - Sí, señor.- reí y me recosté en su pecho. Álex y yo nos habíamos casado, cada día agradecía a la vida por haberlo colocado en mi vida, las circunstancias fueron las peores. Él me hizo muchísimo daño, pero todo ese daño lo multiplicó mil veces llenándome de amor, felicidad y mucha esperanza de seguir adelante, estaba tan gustosa de compartir mi vida con él y con su hija, perdón... nuestra pequeña niña, que aunque Sabrina no lo demostrara sabía que me quería, ya que a veces me abrazaba sin decir ni una palabra, eso era un gesto de su aprecio hacia mi. El bebé que venía en camino me hacía sentir la mujer más afortunada, plena y llena que pudiera existir. Esta era mi familia, y aunque nunca lo quise, Álex y yo somos conjuntamente los reyes del narcotrafico, pero somos de los buenos, es decír, denunciamos a los que trafican a personas, y no dañamos a nadie. Nos hemos ganado el cariño y el apoyo de muchas personas. - Hey, reinita.- dice Álex sacándome de mis pensamientos. - Dígame, Señor.- digo en tono inocente. - Nunca voy a dejarte Miranda... eres la luz de mi vida, mi amor eterno, mi paz en medio de la tormenta, antes de ti todo era oscuridad, gracias a ti mi vida es plena y feliz, te has vuelto en todo para mi. Eres mi tesoro, mi única mujer, por ti daría mi vida, sin pensármelo dos veces, te amo, nunca me dejes. Mis hijas y tu lo son, la razón de mi existencia. Me siento consternada ante sus palabras, mis lágrimas salen sin pedir permiso, y lo abrazo, y recuerdo con diversión algo que dijo. -. ¿Tus hijas?.- digo riendo. - Aún no sabemos lo que es el o la bebé ¿cómo estás tan seguro? - Lo sé, como sé que si algún día me llegó a ir, tienes que volver a ser feliz. Yo soy tu primer amor pero no sé si último. - Deja de decir tonterías, tú eres mi amor eterno Álex, el amor de mi vida, lo más bello que pudo pasarme fue que me secuestraras. Ambos nos carcajeamos y nos besamos sellando nuestro pacto. ~ Cinco años después ~ Nada... hace un mes no sabia nada de Álex, mientras Sabrina y Megan dormían, yo no pegaba ni un solo ojo preguntándome ¿dónde estaría y si nos habría abandonado? Y mi teléfono comenzó a sonar... -. ¿Álex?- pregunté desesperada - No muñeca, soy todos menos el imbécil de tu marido, tenías que ser mía antes de ser de alguien más, iba a pagar por ti, y el maldito de Álex no me lo permitió. Ahora bien, si quieres volver a verlo, tendrás que ser mía. Mi prostituta. Y el teléfono cayó. No otra vez, ¿por qué a nosotros?.. Estuve encerrada, durante dos años siendo violada constantemente sin compasión, fui separada de mis hijas, de mi esposo, y cada día lloré por volverlos a ver, pero nunca pasó, ellos no estaban, ellos los asesinaron, no tenía familia, solo tenía una cosa... sed de venganza. Morirían lentamente uno por uno. Logré escapar de ese asqueroso lugar, hice que uno de los tipos me sacará a cambio de ser suya "para siempre" incluso reía ante su idiotez, lo asesiné y escapé no sin antes llevarme sus pertenecias y dinero, un carro y una cosa en la mente; Álex, ellos te asesinaron frente a mi, lloraba gritando compasión, lloraba pidiendo que pararan, pero no pasó, mis niñas Megan y Sabrina, las desaparecieron sin dejar rastro, algo en mi dice que están vivas, y las buscaré incansablemente hasta tenerlas conmigo, mis padres fueron quemados, las lágrimas ya ni salían, me seque por dentro, tenía muchísimo tiempo sin saber lo que era sonreír, y hoy lo hice, porque no más, no tenía nada que me pudieran quitar, sólo la vida, que no me valía de nada. Álex... mi eterno amor, mi más grande pasión, jamás te olvidaré, te llevo como un sello en mi corazón. Otro sueño, el único lugar donde te podía ver, me decías que me amabas, y daba vueltas de la emoción. Narrador Omnisciente. Miranda no creía en el amor, pero la vida da giros inesperados. De quien menos lo esperas. De quien menos crees. Álex fue su primer amor, pero, ¿sería su último?... Narrador Omnisciente. Las dos niñas corrían y jugaban alrededor del campo. Fueron vendidas como esclavas sexuales, pero su captor resultó ser m*****o del FBI, dejando en evidencia la red de tráfico de mujeres, niñas y adolescentes a nivel Nacional e internacional, algunos pudieron escapar pero un 50% fueron encarcelados. Las niñas se encontraban desconcertadas de tantas cosas que habían pasado, su pequeña e inocente mente no podía entender que sucedía, y donde estaban sus padres. Sabrina la mayor, contaba con un poco más de conciencia, pero aún así no entendía el porqué de que estuvieran en ese lugar que no era su casa, extrañaba a su madrastra la cual quería como una madre, extrañaba a su padre, extrañaba a la familia feliz que llegaron a ser. Tenía la misión de cuidar a su hermana, y protegerla mientras sus padres llegaran a buscarlas, tuvo que madurar a muy corta edad, sin conocimiento alguna de la vida, se encontraba sonriendo porque sabía que algún día todo estaría bien. En sus pensamiento rondaba la idea, de aquella chica la cual su padre le presente como su madre verdadera, la miraba con desprecio con sumo odio, ella quería abrazarla y jugar pero "su madre" la ignoraba completamente. Cree recordar que se llamaba Ally o Alison, no lo sabe con certeza. Jamás volvió a verla, su vida se torno solitaria, sin amiguitas, ni alguien con quien contar, se cerró para ella misma, pero cuando estaba junto a Miranda se sentía feliz y plena y aunque no lo demostrara la queria muchisimo, al llegar Megan entonces su felicidad no pudo ser mayor, esta era su familia y jamás dejaría de luchar por estar juntos de nuevo. Narra Miranda. Me fumaba un cigarro mientras me salpicaba la sangre de unos malditos que intentaron propasarse conmigo, antes no hubiese tenido el valor de matar ni una mosca pero ahora mi corazón estaba vacío, y no andaba con rodeos a la hora de matar a gente que son innecesarias en el mundo, no me preguntaba si tenían familia, ni nada, me daban igual. No me arrepentía de nada, una vez Álex me dijo que era el rey en el narcotráfico de drogas, el más influyente, conocido y respetado en muchos lugares, ahora yo tomaba ese lugar, por donde pasaba infringía respeto y admiración. Era la reina de la azúcar y sal, y ese reinado me llevaría a la venganza y a encontrar a mis hijas, ellas, mis dos princesas, nadie jamás les hará daño una vez que estén conmigo. Estaba exhausta. Tantos viajes, tanto luchar el día a día, me hizo dirigirme a mi "casa" más bien guarida, a "descansar". Iba sumergida en mis pensamientos, manejando a toda velocidad no respetaba ningún semáforo ni ningún cártel de tránsito, el cansancio me hizo cerrar los ojos por un milisegundo, tenía el acelerador pisado, lo único que vi antes de volver a cerrar los ojos, fue a mi auto estrellarse contra otro. Mis ojos no pudieron mantenerse abiertos, sentía en mi cuerpo incrustarse un dolor inmenso y quedar inconsciente. Narrador omnisciente. El destino está escrito, nada pasa por casualidad si no por causalidad. Marcos iba manejando tranquilamente a su casa, soltero, sin nadie que lo esperara ni hijos que le preocupasen. Cansado de un día agotador en el trabajo, tomo otra ruta para dirigirse a un bar cercarno, sin previo aviso un carro lo embistió desde atrás, su estado era crítico pero se mantenía despierto, un curso de enfermería le llevarían a toda costa a luchar por no cerrar los ojos, las sirenas y luces no se hicieron esperar, y el sonreía porque ya necesitaba una pintura nueva para su carro, el seguro lo pagaría. "La vida te da lo que crees merecer" *Azúcar y sal: droga.
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