Capítulo 5

2046 Words
Narra Miranda. Oh, demonios, mis ojos al intentar abrirse dolían, pensé lo peor, otra vez secuestrada, pero no había forma había matado a la mayoría de esos mal nacidos, el dolor era intenso, me dolía el alma, no podía moverme, no me acostumbraba a la luz, la oscuridad de mis ojos me hacían pensar que estaba ciega. Quise levantarme, saber que pasaba, pero mi cuerpo no respondía, escuchaba las máquinas, escuchaba las enfermeras decir "pobre muchacha tan joven y bonita" ¿qué a caso morí? ¿Se supone que aquí debería estar Álex? Esto o es el cielo, esto es una camilla, lo puedo sentir, la oscuridad es lo único que me acompaña, oigo voces y quiero gritar que me saquen de aquí, pero mi cuerpo no se mueve y mis ojos no se abren. Escucho hablar al que nombraron como doctor Jazel con una voz desconocida para mi. -. ¿Ella se encuentra muy mal doctor?- Oigo su tono preocupado, ¿quién eres? ¿por qué te preocupas por mi? Y dentro de mi la risa me inunda, hace mucho nadie se preocupa por mi. - Ella ha tenido un coma en donde presenta depresión profunda de la consciencia, con la boca entreabierta, por lo que a veces se deslizan algunas secreciones, y por lo que se le mantiene cerrada, sus ojos están cerrados, ante excitaciones muy intensas, puede responder con algún monosílabo o una excitación. No sabemos si el grado es de pérdida de la movilidad y sensibilidad, pero se conservan las funciones vegetativas, aunque a veces con alteraciones. Mi mundo cae, ¿QUÉ? esto no puede ser verdad... mi vida justo ahora que voy a conseguir lo que quiero me pasa esto. Mi corazón está comprimido, y quiero preguntar ¿hasta cuándo estaré así?. El desconocido se oye desconcertado, me pregunto; qué quiere conmigo y ruego a Dios, que no venga de la mafia rusa por deudas pendientes, la pregunta más importante ¿cómo llegué aquí? ¿acaso el desconocido me hizo esto y quiere terminar de matarme? Escucho una última cosa hasta volver a perder la conciencia por algo que me han inyectado. - Pagaré cada tratamiento que sea necesario para que esta chica recobre su vida, no importa el costo ni lo largo de los tratamientos lo haré. Narra Marcos El choque había sido fatal, pero no para mi si no para la persona que me chocó, el impacto fue tan fuerte que su cuerpo salió por la ventanilla dejándola en un estado crítico, a penas me fracture una pierna y me la enyesaron, pero no se compara al estado de la chica, los médicos intentaron buscar sus familiares pero su historial era increíble, había estado desaparecida, padres muertos horriblemente, un esposo narcotráficante también muerto, hijas perdidas, eran alguna de las cosas que informó la policía a la clínica, ya que se recurrió a ellos al no conseguir con quien comunicarse para avisar su estado y lo del accidente, mi corazón se comprimió al ver el cuerpo débil lleno de maguyaciones y morados de esta chica, sola en el mundo. Con tantos traumas psicológicos como físicos, me dio lástima la verdad, tal vez incluso planeó el choque para suicidarse, no lo sé, solo puedo ver una horrible historia en esta mujer, decidí ayudarla no quiero que quede en mi conciencia que pude ayudar y no lo hice, me pregunto cómo se llamará o de qué color serán sus ojos, no es que me importe su apariencia física pero despierta curiosidad en mi, sentía tanta pena y dolor por su vida, me regañaba a mi mismo por ser así, ella tuvo la culpa del choque y yo estaba aquí pagando todo, la verdad no me molestaba en lo absoluto, tengo bastante dinero, soy uno de los empresarios más reconocido del país. Tanto dinero no me sirve de nada, cada vez que llego a mi casa la soledad me invade, nadie me espera, nadie me recibe más que mi mayordomo y la señora Rosa. Por alguna razón me sentía identificado con esta chica, sin familia, solos en el mundo, ¿a caso es una casualidad todo esto? O el destino quiso que fuera así, la verdad no lo sé. Hacía un mes la chica estaba hospitalizada, me había quedado varios días con ella, e incluso le había tomado cariño, a veces cuando le hablaba sobre mi aburrida vida de negocios ella muy levemente apretaba mi mano, un mínimo movimiento, pero creía que me escuchaba o eso decía el médico, por eso le acariciaba el cabello, y le decía lo linda que se veía en este día, tal vez eso la haría abrir los ojos, le decía que debía despertar para buscar a sus hijas, que debía ser fuerte y levantarse de ahí, quizá esta chica me hizo ser una mejor persona... más amable, más blando y comprensivo, y me preocupaba esto pues si todo lo hizo sin hacer nada, no me imagino cuando despertara. - Hola, querida Miranda... hoy luces mucho más radiante que días anteriores. Oh, esa bata blanca te queda preciosa, mira tu cara tan suave y tersa, eres muy linda, tal vez eres modelo, o tal vez una policía, una sexy policía. ¿A caso estoy un poco loco? Eres mi amiga, aunque tú no me consideras así, cuando despiertes lo harás, es que soy irresistible, digo, claro, no es que sea extremadamente bello, no... bueno en realidad sí. Pero no tanto como tú. Pude distiguir que al terminar de hablar, ella frunció el ceño, y pensé que estaba alucinando, sus ojos se fueron abriendo lentamente, unos grandes y hermosos ojos se despertaban desorientados. Ella parecía pérdida, y de repente la vi moverse, quitarse los aparatos y decirme de manera rabiosa y amenazante: -. ¿Quién eres y quién te mandó? What? Resultaste ser de tantas cosas que pensé; una agente del FBI, bueno, centrandome en la pregunta. - Primero, vuelve a acostarte, ahora. Me presento, mi nombre es Marcos, has chocado contra mi, y te he cuidado como si fueras mi hermana, ¿quién me mandó? Pues mi Consciencia me dijo que no debería dejarte sola. -. ¿Eres la voz que me hablaba idioteces? - Sí - respondí, mirando como sonreía Narra Miranda Me agradaba la compañía de este tipo. Al despertar supe que llevaba mucho tiempo inconsciente, y eso me preocupaba porque era tiempo perdido para buscar a mis hijas, había olvidado ciertas cosas de mi vida, que el médico decía que podría recordar con el tiempo, sabia que estaba casada por el anillo que tenia en el dedo anular, pero ¿dónde estaba mi esposo? Recordaba a mis padres, ¿dónde estaban ellos? Lo que más recordaba era que por alguna razón buscaba a mis hijas, y había gente mala persiguiéndome. No recordaba mi edad, no recordaba mucho y eso me aturdía. - Hey, ¿en qué piensas pelirroja?- dijo Marcos de manera pausada. - Yo, ehh... no recuerdo a mi esposo, ¿Tú sabes dónde esta? ¿él ha venido a verme? - No sé, yo prefiero esperar a que recuerdes las cosas, ve con calma que después será peor. - Por favor dímelo, me siento muy mal... por favor te lo pido. Y mis ruegos fueron interrumpidos por la enfermera ya era hora de mis medicamentos, había algo mal aquí, algo no encajaba, me sentía fatal al no poder saber como era mi vida, tal vez por cosas del destino no recuerdo, pero necesito averiguar qué es lo que me pasa, lo necesito de verdad. Al sentarme para tomar los analgésicos, pude notar a Marcos, su expresión era de preocupación, y por alguna razón sentía que hace mucho nadie se preocupaba por mi, tenía el cabello castaño claro, unas preciosas pestañas alargadas que ni yo que soy mujer las tenía, los ojos verdes como una esmeralda, portaba un traje formal, que se le asentaba a el tan trabajado cuerpo que poseía, y por un momento lo supe, él era mi esposo, qué tonta fui al no notarlo, supongo que tengo suerte en tener a un hombre tan guapo y bueno junto a mi. Me sonrió y yo le devolví la sonrisa le dije que se acercara a mi, y sin pensarlo impulsivamente lo besé, y él se quedó pasmado, su reacción me molestaba, pero entendía que él no quería presionarme y por eso me evitaba. Me separó de él con mucha delicadeza, y me abrazó, algo que realmente yo anhelaba, verme protegida por sus fuertes brazos. Él ganó de nuevo mi corazón al hablarme y cuidarme pacientemente todo este tiempo, qué feliz me sentía, pero necesitaba preguntar dónde estarían nuestras hijas, y mis padres. Narra Marcos Miraba detenidamente a la pelirroja pecosa, y me asombraba de lo linda que era; con los ojos abiertos era mucho más preciosa, se veía desorientada y no era para menos. Hasta que como si de la idea más asombrosa se le hubiese ocurrido me llamó para que me sentara con ella, y me sentí feliz, pues tal vez había recordado su pasado que ni yo mismo entendía ni conocía a ciencia cierta. Me senté a su lado con la intención de escuchar lo que tenía para decirme, y entonces de la nada me besó, no me moví pues la impresión me dejo quieto en donde estaba, y la alejé suavemente para darle un abrazo, porque ese beso me confundió, y creo que ella está aún más confundida que yo. ¿Que acaso creía que era su esposo? Eso estaría mal, el doctor dice que no puedo afirmarle ni negarle nada, se encuentra en una laguna mental donde su mente eliminó los recuerdos más dolorosos de su vida para resguardarse, y tal vez esos recuerdos vuelvan alguna vez, y mientras lo hagan yo estaré aquí para ayudarla en todo lo que me sea posible, aunque parezca tonto, ese beso despertó algo en mi, mucho más que cariño, no importando su pasado quiero protegerla y cuidarla. Marcos. Miranda luego de aquel suceso quedó, me imagino más confundida de lo que ya estaba, yo sólo dije que tenía que hacer algunas cosas y que volvería dentro de un rato, la verdad era que necesitaba respirar, siendo otro, ya me hubiese ido, ya que ya había hecho lo que tenia que hacer, la ayudé y mucho, pero mi realidad era otra, no me quería ir, no quería dejarla sola en el mundo más de lo que ya se encontraba, a parte de eso había creado cierta conexión "amistosa" con ella, la había acompañado todo este tiempo me había agradado hacerle compañía, e incluso verla dormir, y por fin abrir sus ojos. Me fui a un parque cercano, a pensar un poco lo que debería de hacer, es una situación que requiere de análisis, al menos yo pienso así que soy hombre, tal vez una mujer lo resolvería en un dos por tres. Bien, volviendo al tema, hablando conmigo mismo y haciendo el ridículo delante de todos estos niños traviesos, llego a la conclusión que por un mes aproximadamente o antes tendré a Miranda en mi casa, para que ella pueda ir recuperando su memoria de forma estable y sana, sí, si, eso haré. Al fin y al cabo ella es mi amiga, no tengo en qué o quién derrochar mi dinero, y le tengo cariño y contemplación por su dura historia. Miranda Me siento rechazada por mi propio esposo... estoy furiosa. Tal vez tenga una amante, o que sé yo, pero me intriga su actitud, me provoca solo matarlo o a su vez besarle, alguna de ambas. Sumergida en mis teorías, entro en un profundo sueño, y morfeo se apodera de mi. - ¡Noooo!, por favor no te las lleves... hazme lo que quieras a mí, ¡pero a mis hijas no, por favor! - Gritaba desesperada, llorando, estaba sangrando y con una herida en la pierna, las veía gritar mi nombre e intentar escapar y sus pequeños cuerpos ser atrapados por gigantes hombres, mi mundo caía, me defendía pataleaba, golpeaba, pero era imposible ellos se las llevarían. -. ¿Sabes lo que serán? unas prostitutas como tú. Y se reía ante mi desgracia mientras yo gritaba un último ¡NOOO! desesperada, cayendo en la inconsciencia, y despertando llorando y gritando.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD