capitulo 3

1711 Words
Narra Safrina En estos 3 años ya transcurridos estoy cursando mi segundo año en bellas artes en la nueva academia de arte de Nueva York. El dinero que tenía ahorrado lo hemos utilizado para poder vivir los primeros meses junto con mi amigo Megan, por suerte conseguir trabajo en una ciudad es muy fácil, ya que yo teniendo la posibilidad de recurrir a la ayuda de mi madre no lo hecho por la simple razón de que le quiero demostrar a mi padre que no necesito tanta riqueza para vivir. No es que vivamos en la miseria, pero nos las arreglamos muy bien, ahora que ya tengo un poco más de conocimientos adquiridos en artes doy clases en un centro juvenil la paga no es mucha, pero hago lo que me gusta además que los niños con su imaginación natural por la edad es algo digno de disfrutar. Megan está feliz con su danza que de solo verla parada de puntitas me hace doler los pies. Las dos trabajamos en una cafetería que está muy cerca del departamento nuestro. Amo ese lugar siempre hay gente linda que va por su café. Muchas veces cuando nos sentimos atrevidas tratamos de coquetear con algún cliente para divertirnos un rato, pero nada más que eso es solo un pasatiempo ya que nuestras jornadas suelen ser a las corridas y no tenemos tiempo más que para un amorío de una noche. Y hoy es viernes y el cuerpo lo sabe, nos miramos con Megan y ya sabemos que hoy nos toca una noche de relax. Estamos en la cafetería y ya casi termina nuestro turno. —Oye amiga, esta noche ¿Dónde vamos a alguna disco o tienes invitación a alguna fiesta de la uní? Megan me mira y me sonríe —Tengo invitación de una fraternidad con unos chicos muy lindos, pero no se donde quieres ir, ahí estará ya sabes quién y no quiero tener que esquivarlo toda la noche, eso no me divierte. Mmm..... y se quién, es un pesado que le arrastra el ala a mi amiga desde que ella compartió, por lo visto, su mejor noche y la pobre no le puede hacer entender que fue solo una noche. —No se dice más, disco será. Mas tarde en casa, llegamos cada una se dirigió a su cuarto para darnos una relajante ducha y así vestirnos. Elegí una falda negra pegada a mi silueta con una remera escotada roja con brillos sencillo pero cómodo para poder bailar toda la noche edemas de mis plataformas ya que no soy muy alta que digamos, me deje el pelo suelto cayendo en ondas por mi espalda me maquille suave pero mis labios rojos pasión —mua. Me coloque una chaqueta de cuero negra y agarre mi cartera ya está lista para romperla. Salí de mi cuarto y me dirigí al de Megan que estaba peleándose con el cierre de su vestido. —Hay amiga llegaste justo a tiempo ayúdame con esto porfis- me dijo casi llorando, se veía que estaba renegando de hace rato. —Hay que vivimos juntas y te olvidas de mí —le dije riéndome, ayudándole con el cierre de su vestido. —Sabes que soy media lela y me olvido de todo, pero gracias por rescatarme. ¿Ahora si mi pelo como lo dejo recogido o suelto? Su pelo es rulos por donde veas tan chicos que abecés no ce como es que le quepa en su cabeza. —Siéntate que te hago un recogido medio alto así muestras esa espaldita que parece una constelación —tiene pecas y muchas. —Gracias amiga, ¿Qué me pondré de abrigo? Me mira pidiendo con sus ojos mi chaqueta que tanto adora y que yo utilizo muy poco ya que no me favorece en nada, pero a ella sí, no sé porque todavía no se la regalo si ni siquiera me gusta para mi. —Termino con esta melena tuya y te traigo la cosa es que tanto adoras, pero con la condición de que termines con su sufrimiento y la aceptes como regalo ya que yo casi ni la uso. —Hay mi reina si te adoro como si fueras mi hermana, será un placer poder terminar con el sufrimiento de la chaqueta adorada —Me mira con sus ojos brillantes de la alegría y dando saltitos —OK, pero estate quieta porfis que sino mi arte se desacomodara. Termino de acomodar su frondosa cabellera y la miro con una sonrisa en el rostro, ya sabía yo que tenía que ser estilista además de estudiar artes. Cuando salgo de la habitación y tomo mi celular me encuentro con varias llamadas de mi padre perdidas y mensajes de mi madre ¨ llama de inmediato tu padre esta que estalla de la ira al no poder comunicarse contigo. Entonces suspirando decido llamarlo para ver que tanto lo tiene inquieto. —Al fin Safrina llevo todo el día tratando de comunicarme contigo. —Bueno acá estoy, estaba en la uní y luego en mi trabajo que paso que me llamaste tantas veces? Se escucha un bufido del otro lado de la línea. —Cuando será el día que dejes de hacerte la caprichosa y aceptes que tienes una responsabilidad con tu familia? Sabes que no necesitas trabajar de mesera, tengo dinero suficiente para mantenerte, obvió que ya sabes mi condición. —SI me llamaste para menospreciarme te corto acá nomás sabes que no volveré para hacer lo que tú quieras. Aquí tengo mi vida y hago lo que me gusta, no siempre seré mesera, esto es algo temporal hasta que termine mi carrera. —suspira. —no me cortes, te quería pedir un favor —un favor ¿él? ¿Qué tan caro me saldrá? —un socio mío de la ciudad me invito a una cena con su familia para ponernos de acuerdo con unos proyectos, pero mi yet no estaba en condiciones para poder viajar y por ende le dije que irías tú en representación de la familia. No creo que te cueste mucho solo es una cena con mi socio y su familia. —esto me huele raro. —Papa lo siento, pero tengo planes con Megan y la verdad no quiero ir a un lugar que no conozco donde de seguro son todos unos estirados de Meir…coles, además de que no conozco nada de tus proyectos y cosas de la empresa. —Safrina te pedí por favor, no lo aria si no fuese importante —si y enserio me sorprende, pero sé que detrás de ese favor se viene algo más y no gracias no quiero participar. —Lo siento, pero no, reprograma tu cita y si estoy de humor como para asistir iré, pero sin que me chantajees ni me obligues. Corto la llamada, eso me sacaba un poco el buen humor. Mi padre y sus manipulaciones, está loco si cree que podrá tratarme como una niña que no sabe lo que quiere. Voy a mi cuarto a buscar la chaqueta para Megan, trato de relajarme y olvidar el asunto para poder salir en paz. Le doy la dichosa chaqueta, pedimos un taxi y nos dirigimos a la discoteca que tanto nos gusta asistir. Llegamos le pagamos al buen hombre y nos dirigimos a la fila de personas que esperaban una chanceé para poder entrar, el chico de seguridad que me conocía desde hace tiempo porque en una oportunidad trabajo para mi padre, nos hace una seña para que entremos. Pasamos adelante entre bufidos de los demás de las filas, no me gustan los tratos especiales, pero en estas ocasiones los agradezco. Es muy aburrido, y además de que hace un poco de frío, estar esperando afuera. Ya adentro nos dirigimos a los guardarropas para dejar nuestras chaquetas, Marie la chica del lugar nos saluda con familiaridad, es amiga de la uní ella estudia arte contemporáneo, le damos las camperas y nos dirigimos a la barra a por unas cervezas. Tommy el bar tender nos da nuestras cervezas sin antes guindarme su ojo, es lindo ya lo sé, pero es un niño que le falta mucha experiencia y dejar de ver un poco de porno, una vez estuve con él y no sé, se pensó que era tortilla me daba vueltas para acá, para allá, me mareo, le quise indicar que se calme un poco para disfrutar, pero no creo que me haya entendido. Pobre este cuerpito lo tiene loco, pero la verdad a mí no así que lo siento amigo a otra cosa mariposa. Tomamos nuestras certezas viendo la pista, estaba lleno de gente. —Me siento como si estuviese en una subasta de ganado mirando que animalito me voy a llevar a casa. —le digo a Megan —Más que a casa, a la cama —se ríe y yo con ella —Bueno quería ser un poco disimulada, pero si a la cama o la mesa o el baño o donde sea que caigamos. Lástima que desde acá no se aprecia bien la mercadería. Vallamos a la pista haber que surge. Nos dirigimos a la pista de baile y empezamos a mover nuestro cuerpo al compás de la música enseguida se fueron acercando varios muchachos, pero nada que nos agrade al menos a mi porque Megan estaba muy acaramelada con un tipo alto llamado Mauro. Seguimos bailando hasta que pasa por mi lado un chico que casi me tira al piso y saluda a Mauro se ve que son amigos. —¡Hey! idiota no ves que casi me tiras al piso, no soy alta pero tampoco invisible. Tonto —se da la vuelta y me mira de arriba abajo para ignorarme y seguir su plática con Mauro, como que casi me da por querer sacarle los ojos al muy petulante, se nota que es un ricachón hijo de mama que no sabe tratar a la gente por igual. —Chicas le presento a mi amigo Lurlich, ellas son Megan y Safrina. —Hola —saluda Megan y le sonríe, yo le muestro me dedo del medio para darme la vuelta y dirigirme a la barra por otra cerveza. —Muy fina la dama —escucho que me dice a lo cual yo ignoro.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD