"¿Qué quieres decir con gente común?"
Escribí en mi pantalla y después envié el mensaje para comenzar con mi largo camino en mi búsqueda de un nuevo empleo. Tarde por lo menos veinte minutos en encontrar la primera dirección, el lugar no se veía nada mal y aparentemente estaba situado en una zona segura porque enfrente se encontraba un parque donde había vigilancia y por el número de lámparas sobre la calle debía suponer que la luz pública era basta.
El primer empleo era en un restaurante de comida italiana, el interior no parecía ser ordinario, sino todo lo contrario, de hecho era elegante, con mesas de color n***o y un florero con un ramillete de rosas además de una botella de vino vacía en la que estaba situada una vela de color rojo. El restaurante estaba decorado con hermosos candeleros que proporcionaban una luz tenue a cada mesa por lo que se podía percibir un ambiente romántico.
Al acercarme a la recepcionista, sonrió, pero al mismo tiempo se mostró incómoda con mi presencia.
—¿Puedo ayudarte en algo?—cuestiono levantándose de su asiento para poder verme de frente, pero al hacerlo su mirada viajo por mi cuerpo de arriba abajo como si estuviera ¿Juzgándome?
—Disculpa la molestia, vine para solicitar el trabajo que publicaron—mi voz no sonó tan firme como se supone que debí hacerlo, pero el lugar y sobre todo la chica me pusieron nerviosa.
—Ya veo—dedujo bajo la mirada y busco en su escritorio algo hasta que saco una hoja de papel—por favor escribe toda tu información para que podamos contactarte.
Extendió la hoja hacia mí y luego coloco a un lado un lapicero para que pudiera llenar la solicitud de empleo. Al leerla vi lo usual, nombre apellidos, dirección, correo electrónico y razón por la cual solicitaba el empleo. ¿Era muy descarado colocar que mi motivo principal era la pobreza y que no quería quedarme sin comer?
Mi teléfono sonó en ese instante un nuevo mensaje, mientras escribía me tome un instante para ver si se trataba de Julio y efectivamente era él.
"Olvídalo. Sobre nuestra cita. ¿Prefieres un café o te gustaría ver una película?"
Precisamente eran esas respuestas las que me dejaban con más dudas que otra cosa ¿Era evasivo o simplemente no sabía como explicarme?
"Un café estaría bien"
Expuse. No estaba dispuesta a estar un par de horas con un hombre en plena oscuridad cuando apenas nos estábamos reencontrando, de hecho necesitaba un lugar concurrido donde difícilmente lograra escapar o gritar en caso de necesitarlo, si era un poco paranoica, pero una mujer prevenida vale por dos o al menos eso es lo que dicen por ahí. Termine de rellenar el formulario y se lo devolví a la chica.
—En caso de que no recibas nuestra llamada esta semana, es probable que el puesto se lo dieran a alguien más—aclaro guardando la hoja en uno de sus cajones. ¿Estaba sincerándose conmigo o era una advertencia de que yo no era apta para el puesto? Por como estaba mirándome sospechaba que era la segunda opción.
—Claro—asentí y me di la vuelta para continuar mi camino, aunque el lugar parecía ser tranquilo y estaba ubicado en una buena zona, quizás era improbable que realmente me consideraran para el trabajo aunque había descrito mi experiencia al servicio al cliente.
Al salir del lugar descarté completamente el trabajo al percibir que tal vez el ambiente no era del todo bueno, ya que juzgaban solo la apariencia, tal vez la falda hubiera logrado ayudarme en mi primer intento, pero quizás ese trabajo no estaba destinado para mí.
"De acuerdo, un café. ¿Podrías darme tu número para poder llamarte ese día?"
Detuve mi andar y reflexioné la petición ¿Realmente le daría mi número? Bueno, pensándolo bien ya estaba haciendo planes con él y ya estaba analizando los pros y contras de esa cita por lo que inconscientemente ya había decidido reencontrarme con él. Era una locura, pero quizás eso necesitaba mi vida. Teclee mi número de teléfono y finalmente envíe el mensaje. ¿Había hecho lo correcto?
Atravesé el parque y al rodear una de las fuentes escuché un sonido diferente, no era un tono de notificación o el mismo sonido que emitían las burbujas del chat, era más bien mi tono de llamada. Al mirar la pantalla me encontré con las palabras "Número desconocido" y al fijarme en la sección donde se suponía mi teléfono debía mostrar los dígitos de quien estaba marcándome este decía "Privado"
Deje pasar la llamada, porque debía ser una coincidencia ¿Por qué estaría llamándome enseguida? ¿Acaso las llamadas internacionales no son costosas?
Continúe y un par de metros más, mi teléfono volvió a sonar. En la pantalla se deslumbró lo mismo que hacía unos segundos "Número desconocido" y "Privado" ¿Era él?
Mi regla de oro, era no contestar una llamada de un número desconocido, ya que por lo general esos números extraños eran compañías telefónicas buscando que te cambiaras a la suya con ofertas en planes telefónicos o simplemente un estafador, pero sabía que quienes no me buscaban en concreto a mí solo marcaban una vez y el teléfono dejaba de sonar, pero en caso de que marcaran una segunda vez optaba por tomar la llamada, pero en caso de que fuese alguien a quien no conocía colgaba abruptamente.
—¿Si?—mi voz sonó tímida, pero no pude evitarlo.
—¿Mía?—escuche una voz varonil, firme y en cierto modo atractiva. ¿En verdad era él?
—¿J-julio?— titubeé. Detuve mi andar y me senté en la primera banca del parque que encontré. Estaba algo impactada por su forma de hablar, en como había pronunciado mi nombre, sonaba tan sexi y al mismo tiempo misterioso.
—Sí, soy yo—me pareció por un instante que su voz había sonado satisfecha o más que eso, feliz—creí que no tomarías mi llamada.
Instintivamente me reí, realmente me había puesto nerviosa al punto de no saber qué decir.
—Es que no conocía tu número, por alguna razón no puedo verlo—explique tratando de recomponerme.
Escuche una ligera risa detrás del auricular ¡Oh dios! Era tan preciosa, era como si estuviera escuchando a un locutor de radio sexi.