Apreté mis manos tomando aire antes de salir del dormitorio, necesitaba un poco de valor y paciencia antes de ver a Sebastián y esperar sus palabras idiotas.
Llegué por el pasillo, el vestido me seguía pareciendo demasiado corto y escotado, por lo que llevaba el blazer en la mano, los ni.ños fueron los primeros en verme, se levantaron abriendo la boca exagerando demasiado.
–Te ves bonita, mamá –fue Oli quien habló.
Sebastián estaba parado cerca de la entrada viendo su teléfono cuando levantó la mirada, fue la de siempre, muy aburrida y sin ningún gesto en particular, en eso se parecía a su hermano, sabían controlar sus gestos, ojalá yo pudiera hacer eso.
–Bastante bien, pasarás al de seguridad.
Rodé los ojos y justo Oli llegó a abrazarme, lo recibí, Benji venía detrás diciendo que
