–Estamos ocupados –comenté cruzándome de brazos intentando tener una postura más firme –. ¿Qué quieres?
–Lo creo cuando el bullicio se escucha hasta mi apartamento.
–No es bullicio, apenas si hablamos.
Estaba exagerando, ni siquiera había música o algo más, solo estabámos hablando y compartiendo una que otra historia, pensé que había venido a reclamar sobre el ruido, pero no dijo nada un momento, primero me estaba viendo a mí y luego sus ojos bajaron a mi ropa, le iba a reclamar cuando él habló.
–Tienes una mancha –señaló.
Moví los brazos y me dí cuenta que era verdad, al llegar a casa tuve que irme a cambiar de ropa como siempre porque mi vestido necesitaba ser lavado para que estuviera listo para el siguiente uso, así que tenía una blusa rosa y se notaba la mancha, seguramente
