Estaba totalmente tensa intentando luchar contra él, me estaba sujetando con fuerza, una mano en mi cintura presionando mis dos manos contra el cuerpo y la otra sobre mi boca, el pánico se había apoderado de mí, él era más fuerte y grande que yo. –No te voy a hacer nada, te lo prometo –repetía –. Te soltaré, pero no grites. Fue inútil, me volví a mover, pero él me lo impidió. –Solo quiero hablar, confía en mí –sentí su aliento sobre mi rostro, estaba cerca de mí, invadiendo todo mi espacio personal, sentí la calidez de su cuerpo casi sobre el mío, se me difícultaba respirar y el cuerpo me temblaba. Sabía que no iba a poder salir de eso sola y no me quedaba de otra más que confiar en lo que me estaba diciendo, además no quería alarmar a nadie afuera a menos que fuera necesario, así