- Bueno- dijo, acercándose a ella para inspeccionar el paisaje- Pensé que necesitabas un descanso y antes dijiste que extrañabas poder entrenar. No he tenido muchas oportunidades de practicar en ninguno de los dos, así que pensé que podríamos tomarnos una tarde para entrenar un poco Sasha giró la cabeza para mirarlo boquiabierta, con los ojos verdes muy abiertos por la incredulidad. - ¿De verdad quieres decir que podemos entrenar toda la tarde? El se rascó la nuca y se río suavemente de su alegría casi infantil. - Bueno, no puedo entrenar exactamente yo solo. Por un momento, estuvo tan atrapada en su emoción que se perdió a sí misma, arrojando sus brazos alrededor de su capitán y abrazándolo ferozmente. Inseguro de qué hacer, Arlet la abrazó tentativamente, devolviéndole el abrazo con