El corazón de Sasha dio un vuelco cuando se dio cuenta de que el hombre que habían estado buscando había regresado por no decir menos, la busco expresamente a ella. Sasha controló sus rasgos con cuidado, asegurándose de que su sorpresa no se mostrara y en su lugar le dio una sonrisa sensual. El hombre le devolvió la sonrisa, mostrando sus dientes uniformes y blancos, libres de caries o manchas que parecían comunes entre la clientela habitual. Para su sorpresa, él le hizo un gesto sutil con un dedo, haciéndola señas para que se acercara y ella supo que no podía dejar escapar esta oportunidad de hablar con él. Arrastrándose como una tigresa al acecho, se dirigió hacia él, deteniéndose momentáneamente para dejar que los hombres le pasaran el dinero, dándoles a cambio miradas seductoras. F