Sasha jadeó cuando vio al enemigo sacar otro cuchillo de una bolsa desconocida y observó con horror cómo atravesaba su ropa y entraba en su piel. Una mancha carmesí se formó alrededor del arma alojada segundos después y se mezcló con el barro y la lluvia que cubría a ambos hombres. - ¡No! ¡Basta! ¡Lo estás lastimando!- gritó, luchando con renovado vigor para escapar. El feo matón que la sostenía se río cruelmente y ella decidió que ya había tenido suficiente de él, levantó el pie y lo golpeó con fuerza en el empeine, extrayendo un gruñido de dolor y sorprendiéndolo lo suficiente para que su agarre sobre ella se aflojara, se apartó y se dio la vuelta para darle una patada fuerte y rápida, directamente a su ingle. Aunque no había usado ningún tipo de energía extra para aumentar su fuerza,