- ¿Por qué no?- Misaki sonrió, su rostro con hoyuelos haciéndola lucir aún más como un querubín- Vamos, bailaremos contigo Ambas chicas comenzaron a balancearse con gracia, sus movimientos menos sugerentes que cuando las había visto en el escenario. Parecían completamente despreocupadas por la falta de música, pero Sasha descubrió que tenía dificultades para entrar en el ritmo. Se sentía incómoda y desgarbada, muy similar a como lo había hecho antes de que Arlet hubiera trabajado su magia y la tuviera retorciéndose contra él como si él fuera su tubo y ella la stripper experimentada. Miyabi recogió su conciencia de sí misma de inmediato, sintiendo su necesidad de un ritmo subyacente y comenzó a cantar suavemente, su voz dulce y melódica mientras continuaba moviéndose. Ella nunca había es