—Creo que por el momento con una podemos defendernos, además tengo que reparar las de manos para defendernos — le dijo Steven a Robinson.
—Las armas ¿Cómo las ves?
—Están un poquito deterioradas, pero mientras reconstruimos pueden aguantar, además aquí necesitaremos bastante las hachas para ir cortando más árboles.
—De acuerdo.
Steven se puso a trabajar para reparar las primeras bayonetas de manos, en eso se escuchó que se acercaba un rastreador.
—Tenemos visita — dijo Matthew quien apuntaba con un arco.
Cuando el rastreador hizo su presencia, no tardó ni un minuto en caer al piso, en su cabeza tenía ensartado un arpón.
—Que bien se siente hacer eso de nuevo — dijo Steven.
— ¿Hacerlo de nuevo? — pregunto el Sr. Roberts.
—Steven con una de esas armas grande le ensartó un arpón desde la boca hacia afuera a un dragón, no reconocí esa especie, pero era lanza fuego y luego con una bayoneta de mano mató a un rastreador antes de regresar, con este son tres dragones que ha matado, bueno dos, porqué al final el primero necesito un poco de ayuda de esta espada para terminar de matarlo — dijo Robinson
—Al momento podremos defendernos un poco de esas criaturas, de las grandes no tanto, tengo que reparar la otra arma — dijo Steven.
Todos se quedaron sorprendidos, al ver esa situación, al final creen que tomaron l mejor decisión, pero el sol se estaba empezando a ocultar.
—Regresaremos al hoyo, mientras no tengamos cabañas no podremos quedarnos aún afuera, lleven el dragón para adentro, allá le quitaremos la piel, las armas también van para adentro, lo único que se quedará es éso.
El primero en bajar fue el Sr. Roberts, sabía que Carlos les diría algo y quería dejarlo con la boca abierta cuando viera al dragón.
—Sabían que regresarían aqui, no se preocupen ya que está de moda la rebelión entonces si me reconocen como su líder los dejaré que regresen — dijo Carlos.
—Tu quieres que yo me arrodillé ante ti y te ruegue por mi vida ¿Quien te crees que eres? — dijo el Sr. Roberts mientras le ponía la punta de la espada en el cuello.
—Solo estaba bromeando, claro que pueden volver al hoyo, este es su hogar, es más lo he limpiado un poco.
Todos empezaron a descender y vieron al Sr Carlos arrinconado.
— ¿Que sucede papá? — dijo Matthew.
—Aqui Carlos se cree el dueño del hoyo, entonces le estoy dando una pequeña lección.
El Sr. Roberts bajo su espada y dejo caer lo que llevaba, el último en entrar fue Steven quien llevaba al rastreador.
— ¿Que hace esa cosa aquí? — dijo Carlos.
— ¿Que pasa? ¿Acaso tienes miedo a una criatura muerta? — le respondió Steven.
—Esa no es cualquier criatura es un Rastreador, eso atraerá más dragones.
—Que vengan, esta vez estamos más preparados — dijo Robinson mientras le mostraba la bayoneta.
— ¿De dónde han sacado todo eso?
—Lo hemos imaginado y ha aparecido — dijo Matthew en forma burlesca.
Todos se sorprendieron porque comúnmente el es bastante serio y no realiza comentarios así, el dragón lo pusieron en la mesa y Robinson comenzó a partir, pero había olvidado que ellos almacenan el humo aún estando muerto, todos se alejaron al sentir el olor.
—He olvidado este pequeño detalle — dijo Robinson.
— ¿Algo más que haya olvidado Robinson? _ le pregunto el Sr. Roberts a Steven.
—No, fue lo único, de hecho en uno de fuego es primordial hacer eso, sino llegan a explotar.
Siguieron abriendo el dragón, separaron todas sus partes internas de la piel.
— ¿Alguien se anima a comer dragón? Nunca los he probado así que no les puedo decir que tan bien sabe — volvió a decir Matthew.
Nadie quería comer dragones por todo el odió que sentían, que hay muerto otro les alegra, porque será uno menos con quién luchar, pero jamás se los comerían.
—Antes ocupaban la piel del dragón para hacer ropa así como nosotros hacemos con los osos, la ventaja de esta piel es que ayuda a repeler el calor, así que está primera piel será para mí, que probablemente seré el que más pelee con ellos, de hecho no será suficiente, pero al menos me protegerá un poco el pecho
Se prepararon para dormir, los que le sorprendido a Steven y Robinson es que Matthew ya durmiera acompañado.
— ¿Que pasó ahí? — pregunto Robinson al Sr. Roberts.
—Después de su muerte se decidió que no valía la pena esperar hasta los 19 años, en todo caso pensábamos que era el último hombre que quedaba, ni sabíamos como haríamos para repoblar, pensando bien, porque no te animas tu y Steven, al final miren lo que han hecho, me han quitado el liderazgo y ahora nosotros dependemos de ustedes, se han convertido en todo unos hombres.
—No lo sé, sabe que las relax afectuosas a veces nos pueden desviar de nuestra meta.
— ¿Acaso no quieres amanecer de los brazos de Scarleth todos los días? Mira hoy, pocas veces se despegó de ti, ella tiene miedo de perderte nuevamente, demuéstrale que está vez no te perderás y únanse ya.
Robinson se quedó callado, en eso llega Scarlet y se lo lleva.
—Hay algo que quiero pedirte.
—Dime.
—Así como ellos dos ya comparten juntos, yo quiero hacerlo contigo, estoy seguro que los demás estarán de acuerdo.
—Sabes estaba hablando de eso con el Sr. Roberts y creo que sería lo más conveniente, además un buen líder siempre necesita a una gran mujer a su lado, en la mañana lo haremos público, solo necesitamos acordar para cuando.
—En tres días a lo mucho, no vale la pena esperar tanto.
—Esta bien, hablaré con Steven para ver si también quiere unirse con Deysi.
—Podemos hacerlo juntos, no me importa compartir el día, lo único que quiero es estar a tu lado siempre.