Los días fueron pasando, Steven era visto con mayor respeto, algunos lo consideraban el sucesor del Sr. Roberts, pero lo que menos quería el era entrar en discordia, a pesar que Matthew lo había reconocido públicamente alguien más capacitado, en ocasiones prefería tomar distanciamiento, no podía dejar de sentir celos por la popularidad que estaba ganando, Natalie trataba de hablar con él.
Hoy es el cumpleaños número 18 de Robinson, a pesar que el no quería hacer la ceremonia para tratar de levantar la espada, era tradición que todos los hombres que alcanzarán la edad lo intentarán.
—Sabes que no puedo solamente decir que no iré, pero yo deseo que seas tú quien levanté esa espada — le dijo Robinson a Steven.
—Mira, pase lo que pase, no tiene que cambiar nada, ya seas tú o sea yo, nuestro objetivo es el mismo debemos de llevar a la humanidad nuevamente a la superficie, no tiene que ser factible seguir aquí.
El Sr. Roberts se acerca a Steven.
—Dejemos a Robinson un momento a solas, tiene que buscar la aprobación de los antepasados antes de intentar.
Steven subió con los demás, en cambio el Sr. Roberts se quedó con el.
—Relajate, sabes que los antepasados siempre nos guían y nunca se equivocan, cuando estés listo subes
Robinson quedó solo, se sentía un poco nervioso, pero solamente quería que no pasará nada, empezo a ascender se paro frente a la espada.
—Estoy preparado para lo que venga — dijo Robinson.
Puso su mano y trato de levantarla, sentía que la espada no se movía, a muchos no les sorprendió, al final tenían puesto los ojos en Steven, Robinson trato nuevamente, en eso sintió que la espada se movió, se quedó sorprendido e inmovilizado.
— ¿Que sucede Robinson? — dijo el Sr. Roberts.
En eso Robinson empezó a ascender su mano trayendo la espada consigo.
—Todos se quedaron sorprendidos, nadie esperaba esto.
—Mis queridos hermanos, hoy nuestros antepasados han hablado, hemos encontrado al último cazador, por décadas nuestro pueblo se ha visto reducido por la amenaza constante de los dragones, pero hoy estaremos llegando al fin de ese tiempo.
En eso, el piso empezó a partirse en dos, todos empezaron a retroceder, pero Steven vió que el piso donde estaba Robinson fue el punto de origen.
—Robinson, cuidado, quítate de ahí.
Steven corrio hacia Robinson, pero antes que pudiera salir del peligro, los dos cayeron al precipicio, todos gritaron pero no pudieron hacer nada para salvarlos.
—No se suponía que esa espada nos llevaría a la superficie, ahora mi hijo está muerto y el supuesto Salvador también lo está, yo creo que al final estamos condenados — dijo el Sr. José quién era el padre de Robinson.
—Muchas veces hemos estado en este lugar y nunca había pasado un temblor, no entiendo cómo justamente paso eso hoy — trato de defenderse el Sr. Roberts.
—Esa espada estaba maldita, no era nuestra salvación, sino la perdición.
El Sr. José entro al hoyo, varios fueron tras él, Matthew y el Señor Roberts se acercaron a la fisura, empezaron a pegar gritos, pero no había respuesta de nadie.
—Si es así como dijo el Sr. José, cualquiera hubiera Sido, yo tanto anhelé está espada y no la obtuve, en cambio Robinson no la quería, la logro levantar y paso esto — dijo Matthew.
En cambio nadie se daba cuenta que alguien más estaba sufriendo, pero estaba guardando su dolor.
—Steven, no pudimos compartir mucho, se que al inicio tuvimos nuestras diferencias, pero aprendimos a encontrar lo que nos unía, estés dónde estés quiero que sepa no existirá nadie más en mi vida.
Empezó a llorar, Scarleth se acercó a ella, también lloraba la muerte de Robinson.
—Que los antepasados los guíen y que puedan alcanzar la paz, yo iré a acompañar a sus padres para darle el último Adiós a Robinson, se que Steven no tenía familia aquí, tú eras lo más cercano que tenía, lamento tu perdida.
—Sabes Scarleth, talvez Steven se ha ido, pero creo que ha dejado algo en cada uno de nosotros, nos enseñó a ocupar armas que nunca imaginé ocupar cómo es la lanza, nos salvó del ataque de los rastreadores.
Empezaron a bajar, cuando llegaron al hoyo todos empezaron a acercarse dónde estaba Deysi, le empezaron a dar un abrazo y le daban palabras de aliento.
La familia de Robinson saco todas sus cosas y tal como hacían cuando alguien moría en mano de un dragón, las quemaban, para que los antepasados le ayudaran a encontrar su camino, pero de Steven no quedaba nada, en eso se acerca una señora de edad.
—Tengo algo que uso Steven, no se si pueda funcionar.
En eso llevaba doblado la piel que Steven le había entregado.
—Fue Algo de su pertenencia, puede funcionar.
La piel fue lanzada al fuego, a su vez fue lanzado parte del alimento que tenían en reserva, lo hacían para que los espíritus de ambos no se desviarán de su camino por comida, la salida hacia donde se encontraba la espada fue sellada del manera que nadie pudiera ir por ese túnel.
— ¿Alguien ha visto a Matthew? — pregunto el Sr. Roberts.
Nadie lo había visto, la última vez fue cuando tiraron la piel de oso de Steven y de ahí desapareció, pero había un túnel abierto, era el túnel que llevaba dónde se encontraba el cuerpo del dragón que los tres hirieron, el Sr. Roberts subió y busco los huesos del dragón, ahí estaba Steven.
— ¿Que haces aquí Matthew?
—Aqui fue la primera vez que los tres logramos trabajar en equipo, a pesar que yo fui el que provocó todo esto, Steven nunca me dejó solo, fui muy duro con el, pero mírame ahora, portó un arco gracias a él, talvez no fue lo que mucho esperábamos, pero nos dió la esperanza que tú querías para los demás.
—Sabes que ahora tendrás mucho peso, estaba considerando adelantar tu Unión con Natalie, creo que hay tradiciones que merecen romperse.
— ¿Que diferencia habría? Al final si traemos a un nuevo ser, no podemos asegurar su sobrevivencia, mira ahora somos 19 personas, no caerá todo el peso de repoblar en nosotros.
—No, ya veremos qué hacer, no bajes tan noche.
El Sr. Roberts regreso al hoyo y Matthew lo siguió.