Capitulo 29

1023 Words
Habían matado a 3 dragones grandes en un solo día, cuando regresaron al pueblo todos quedaron viendo que el peligro aparentemente se ha acabado. — ¿Que ha pasado con los dragones? — pregunto una de las ancianas. —Han muerto 3 dragones el día de hoy, yo les he dicho que no permitiría regresar al pueblo, quiero que vean si no hay bajas en nuestras líneas — dijo Robinson. —Hay una, se llevaron a mi esposo, el estuvo luchando con los rastreadores y se lo han llevado — contesto una mujer. —De acuerdo, lamentamos la perdida de esa vida y le daremos los honores que se merecen. Al día siguiente después de rendir los honores, Robinson y Matthew fueron a buscar la piel del primer dragón de fuego, necesitaban reforzar la cabaña general, aquí es donde se quedan todas las personas que no tienen parejas. — ¿Cómo va Natalie con el bebé? — pregunto Robinson. —En ocasiones es que siente que se desmaya, pero al saber porque es, lo que se está haciendo es evitar que se demandé demasiado, las demás muchachas le ayudan en lo que pueden, al igual que las mujeres. —Eso es por el momento, recuerda que probablemente Scarleth y Deysi estén en la misma situación próximamente, aún me preocupa el tema de la seguridad, pero si no se hace esto, no crearemos la nueva descendencia. —Lo se. En eso empezaron a escuchar un ruido, ambos tomaron sus armas y estuvieron preparados, en eso sale un hombre detrás de los arbustos. — ¿Quien eres tú? — dijo Robinson —Mi nombre es Ricardo ¿Quienes son ustedes? —Yo soy Robinson y el Matthew ¿De dónde eres? Se supone que éramos los últimos humanos. —Eso pensábamos nosotros también, pero al parecer nos hemos equivocado, aunque ya de mi pueblo no queda mucho — dijo Ricardo. Matthew se acerca a Robinson y se voltean para que no escuché. —Yo se que desconfío siempre de las personas extrañas, pero nosotros hemos recorrido largas distancia y nunca nos encontramos con otro humano más que Steven — dijo Matthew. —Tampoco puedo decir que Steven es un farsante porque cuando viajamos al pasado, el anciano de esa época sabía de qué año veníamos cada uno — dijo Robinson. —Oigan no se olviden que estoy aquí todavía. Matthew se acercó y le apunto con su bayoneta. —Dime ¿De dónde vienes? —Yo vengo de la tierra del frío, ahí habitan los dragones de hielo, al parecer aquí son los de fuego — Respondió Ricardo. — ¿Hacia donde queda tu pueblo? — pregunto Robinson. Ricardo señaló hacia atrás de la montaña dónde reposaba el dragón. — ¿Cómo nos encontraste? — pregunta nuevamente Matthew. —Ayer pude ver cómo mataron a 2 dragones que lanzaban fuego, de hecho me quedo sorprendido, ya que nunca los había visto, yo en ocasiones subía a la montaña para ver qué encontraba, pero solo miraba dragones ¿De dónde han salido? —Llévalo al pueblo — dijo Robinson. —Camina y no te detengas, que esto es capaz de matar a un rastreador. Ricardo comenzó a caminar, no tenía intenciones de pelear con ellos. —No se que es un Rastreador, imagino que debe ser un dragón. Al llegar el Sr. Roberts se quedo sorprendido. — ¿De dónde ha salido este? —Dice que viene de la tierra del frío, detrás de la montaña del dragón — contesto Robinson. — ¿La tierra del frío? — pensé que se habían extinto desde hace mucho tiempo — contesto el Sr. Roberts. — ¿Que lugar es éste? — pregunta Ricardo. —Somos los últimos sobrevivientes de la tierra del fuego, hemos hecho lo posible para que nuestra gente no muera, ahora es Robinson quien tiene el liderazgo — contesto el Sr. Roberts. —Nosotros habíamos escuchado bastante de la tierra del fuego, pero pensamos que se extinguieron hace mucho tiempo, según cuentan nuestros antepasados los buscaron hace 300 años, pero no había rastro alguno, desde ese entonces no visitamos estás tierras por la alta presencia de dragones. —Como te dije, mi hijo ha tomado el liderazgo y hemos empezado a matar los dragones, el obtuvo la espada del último cazador y es con eso que lo matamos. Robinson no quería que Ricardo tuviera toda la información, por seguridad de todos, de un momento a otro Ricardo tenía del cuello a Robinson y le puso un pequeño cuchillo en el cuello. —Si no quieren que lo mate, denme la espada del último cazador — dijo Ricardo. — ¿Quieres la espada? Está a mi derecha, puedes tomarla — dijo Robinson. Ricardo tomo la espada y cuando la desenvainó, empezó a reír. —Después de tanto tiempo la espada es mía. En eso dejo caer la espada. — ¿Que me pasa? ¿Que me han hecho? Ricardo empezó a sacudirse, cómo si algo caminara en el. —Parece que conocías la espada, pero no conocías su maldición, solo el escogido es el único que puede levantarla. En eso Ricardo comenzó a convertirse en Roca, desde sus pies y en cuestión de un minuto era una estatua de piedra, posteriormente un arpón lo quebró en varios pedazos, voltearon para ver quién había tirado el arpón y fue Steven. —Yo no quiero estar viendo esa estatua todos los días, desde que lo ví tuve mis sospechas, estuve escondido esperando el momento ideal — dijo Steven. — ¿Que te hizo sospechar de él? —Dice que viene de la tierra del frío, pero la ropa que ocupa no genera suficiente calor, además el calzado es para un ambiente como el de nosotros, si fuera helado como cuentan, ocuparía patas de algún animal con pelaje adecuado. Todos se quedaron sorprendidos al ver cómo Steven pudo deducir todo eso en tan poco tiempo. —Entonces no solamente tenemos un enemigo, ahora tenemos a dos enemigos — dijo Robinson. —Al parecer es así, pero somos pocos, no podemos con ambos a la vez, tampoco sabemos cuánto son.
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